It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been

Todas las mujeres soñamos desde pequeñas con el día de nuestra boda: el vestido de princesa, la entrada a la iglesia, la fiesta, tirar el ramo… Es ¡NUESTRO DÍA! Somos las protagonistas de nuestro propio cuento de hadas. Pero tenemos que despertar, porque eso sólo pasa en los cuentos y es lo que nos venden desde que somos unas niñas. En primer lugar, no podemos ser tan egoísta de pensar que el día de nuestra boda es sólo nuestro, porque también es de él, de ese príncipe al que hemos elegido para casarnos. En segundo lugar, solamente en los cuentos el FIN sale en la boda, en la vida real, el final de la fiesta representa el inicio del verdadero matrimonio.

¿Qué es la boda? En mi opinión, la boda es el acto con el que se inicia el matrimonio. Es la celebración de la unión de 2 personas que han decidido compartir sus vidas para siempre. Yo recuerdo que lamentaba lo poco que había durado mi boda, porque me tardé más de 1 año en planearla y se terminó en menos de 8 horas. Claro, la ceremonia religiosa y la fiesta no duran más que eso. En ese momento yo era una niña y no tenía la madurez para entender lo que significaba la boda y que lo que realmente importaba era lo que seguía cuando se acababa la fiesta.

Ahora, ¿qué es el matrimonio? Me he dado cuenta de que el matrimonio es un compromiso que tomamos cuando decidimos unir nuestra vida con la persona que amamos. Como me decía mi terapeuta: “el momento en que decides casarte llega cuando te das cuenta que quieres compartir tu vida con otra persona, porque te complementa y se hacen felices, y pueden tener un proyecto de vida que ambos ven similar”. Como dicen los votos matrimoniales, el matrimonio es el compromiso de serle fiel a nuestra pareja en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad; amarla y respetarla todos los días de nuestra vida. Suena lindo decirlo, pero no es tan fácil practicarlo.

Como les he compartido anteriormente en el blog, yo estuve casada y me divorcié. ¿Por qué? Porque para tomar una decisión tan importante como es casarse hay que tener un grado de madurez muy alto y estar 100% segura de que podemos asumir ese compromiso. Yo tuve la fortuna de estar casada con un hombre maravilloso y al que siempre voy a querer y recordar por los momentos lindos que vivimos… pero de nada sirve tener una persona maravillosa, si nosotros no estamos listos para dar ese paso. En mi caso, yo era una niña, no tenía la madurez necesaria y me precipité a tomar la decisión y no sabía el compromiso y la responsabilidad que estaba adquiriendo. No me di cuenta de que ya no estaba jugando a la casita, sino que era la vida real de un adulto. Todo eso llevó a que mi matrimonio fracasara.

Lo importante es que de todas las experiencias se aprende. No podría calificar mi matrimonio como un error, porque tuve muchísimos momentos felices; sin embargo, sé que al no tener la madurez requerida para tomar esa decisión, lo hice por las razones equivocadas.

Pienso que hay otras mujeres que se han casado o quisieran casarse por las razones equivocadas. Lo que les puedo aconsejar es que escuchen a las personas que las quieren, porque lo que les dicen es por su bien. Sobre todo, escuchen a sus mamás, porque son las que más nos conocen. Nunca tomen la decisión de casarse por “irse de su casa”. Creo que de todas las razones es la peor que podemos escoger y la más infantil, porque estamos huyendo en lugar de resolver los conflictos que tenemos con nuestra familia, y no vamos a ser felices en otra parte, porque siempre vamos a arrastrar con esa carga. Una mujer madura no le huye a los problemas, los enfrenta.

¿Que ya tienen su vestido de novia, el hotel y la iglesia están pagados, se entregaron las invitaciones, comenzaron a llegar los regalos de boda? ¡Tampoco son razones para casarse! En el peor de los casos el vestido se devuelve o se vende, se pierde el adelanto del hotel y la iglesia, se llama para cancelar la boda y se devuelven los regalos. Es una decisión valiente retractarse a tiempo de una decisión tan importante si no estamos seguras, no es algo de lo que debamos avergonzarnos. Es mejor hacerlo en el último minuto, que seguir adelante con una decisión de la cual no estamos convencidas.

No tomen una decisión trascendental por un capricho, por huir o por rebeldía. La única razón para llevar acabo un matrimonio es la que les mencioné al principio: el deseo de compartir nuestra vida con la persona que amamos y hacernos felices mutuamente.

En el matrimonio las cosas no van a ser siempre color de rosa, va a haber altos y bajos, problemas, desacuerdos, etc. Hay una frase que me encantó cuando la oí en “Grey’s Anatomy” y que fueron los votos matrimoniales de Meredith y Derek: “I’ll love you even when I hate you” (“Te voy a amar aun cuando te odie”). Esta frase nos enseña que lo importante es que el amor tan grande que sentimos hacia la otra persona nos permita amarlo siempre y soportar sus defectos, porque nadie va a ser perfecto. Recuerden que los príncipes azules sólo están en los cuentos.

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