It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been

Los rumores y las murmuraciones han existido desde siempre. Éstos consisten en hablar mal de otras personas, muchas veces, sin conocimiento de causa y sólo por hacerle daño al otro. Los comentarios emitidos son desfavorables e impactan negativamente la imagen de la persona en cuestión. Ésta ni siquiera puede defenderse o rebatir el comentario, porque lo hacen cuando no está presente. En el caso de que esos rumores sean mentiras, se está cometiendo un delito: DIFAMAR.

En este punto hay un tema que ha llamado mi atención y es que de un tiempo para acá resulta absurdo escuchar como a todo el mundo lo etiquetan de bipolar, y que incluso existen personas que se autodenominan bipolares. Los que tenemos al menos un conocimiento básico sobre términos psicológicos sabemos que tener cambios de humor o ser moody (en inglés) no significa de ninguna manera ser bipolar. Por lo que es repudiable que tantas personas hagan mal uso de ese término para referirse a otras sin saber siquiera su significado. Pero el pez por su propia boca muere. Debemos informarnos sobre qué quieren decir las palabras que utilizamos para no emplearlas erróneamente y no lastimar a nuestro prójimo.

Hay una frase que dice que de poetas y locos, todos tenemos un poco. ¿A qué viene esto? A que no existe ni una sola persona que se mantengan completamente equilibrada todo el tiempo. Ya sea en la intimidad de su hogar o si tiene mala suerte, públicamente, va a dar una muestra de imperfección y de ser un humano que se frustra y pasa por situaciones que le resultan incontrolables y lo sacan de sus casillas. En la sociedad en la que vivimos, si eres de los que tienen mala suerte, estás frito, porque ya les diste material a todos los tiburones y arpías que te rodean para que se agarren de un hecho aislado para acabarte y poner tu nombre por el suelo.

Es posible que una persona tenga un muy mal día y luego de acumular demasiados problemas, un pequeño detalle como un mal servicio en el restaurante, lo haga explotar en un ataque de ira que para todos parezca exagerado, desproporcionado. La gran mayoría que sea testigo de este hecho, lo primero que hará es tildarlo de “neurótico” o “energúmeno”. Cuando le comenten lo ocurrido a alguien que realmente conoce a esta persona, probablemente se quede extrañada e incluso refute el argumento, porque sabe que no es verdad. Lo que sucedió fue un hecho aislado que se generalizó y que si se le cuenta a cualquiera que no conoce a la persona, seguramente lo creerá y le estarán creando una mala fama.

La gente no se da cuenta de que al emitir este tipo de valoraciones negativas, está calumniando al individuo víctima de su comentario y con ello, en los peores casos, destruyendo su reputación.

Si viviéramos en una sociedad más civilizada, este tipo de acciones se vieran sancionadas, porque calumniar es un delito. Desde el punto de vista moral es condenable. Sin embargo, en El Salvador y en muchos otros países, cualquiera puede expresar sus opiniones en base a su derecho de libre expresión, sin tomar en cuenta que al hacer uso de su derecho está pasando por encima del de otro. Más claro que el agua no puede estar el dicho de que el derecho de uno termina donde comienza el derecho del otro. Hay personas que piensan que pueden pasar por encima de los demás y trapear el suelo con ellos sin ninguna consecuencia. La impunidad que les dan nuestras leyes, lo hace posible.

Lo más triste es que cuando en una conversación los adultos se están expresando mal de alguien y un niño los escucha, inmediatamente aprende esa nueva palabra y sin saber qué significa, comienza a utilizarla para agredir verbalmente a los demás y hacer referencias negativas de otras personas. ¿Es este el ejemplo que se les quiere dar a los niños? Yo creo que no.

Ya he dicho lo que no es ser bipolar, pero para aquellos que no saben el significado de las palabras que usan para ofender, les comento que una persona bipolar es aquella que padece una enfermedad mental. El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo, una enfermedad psiquiátrica seria, que hace que la persona que la padece sufra muchísimo, ya que oscila entre la euforia (alegría extrema) y depresiones profundas que pueden llevarlo a intentos suicidas. Por lo tanto, me parece sumamente irresponsable que existan personas que jueguen con este término y lo usen a la ligera. Creo que no se dan cuenta del impacto que tienen sus palabras si llegan a ofender de ese modo a alguien que realmente padezca la patología.

Todos, y aquí me incluyo, tenemos que ser mucho más cuidadosos acerca de lo que decimos y hacernos responsables de nuestras palabras, porque éstas pueden tener consecuencias graves en nuestros semejantes. Decir que alguien es bipolar o esquizofrénico frente a las personas erróneas, le puede causar daños irreparables a la vida de un ser humano. Algunos ejemplos son que le llegue a costar una oportunidad de trabajo, que excluyan de reuniones, que lo acosen sistemáticamente en el colegio o el trabajo, etc. En lugar de ser tan crueles, cada uno debería ponerse en los zapatos del otro y pensar si su cambio de humor se debe a algún problema que está pasando en ese momento y no emitir un comentario negativo por impulso.

Quiero hacer énfasis en este tema, porque es en serio que en tus manos, en tus palabras, puede estar el destruir la reputación y la vida de un individuo. Las palabras tienen poder y nosotros debemos hacer buen uso de ellas y enseñarle a los niños a hacer lo mismo con el ejemplo.

Recordemos que somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio.

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