It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been

Es más que sabido que las mujeres somos diferentes a los hombres. ¿Qué tanto? En algunos casos las diferencias son abismales. Especialmente si hablamos de hombres y mujeres tradicionales. En mi opinión siento que muchos ya nos hemos movido del estereotipo que se tiene y hemos evolucionado alejándonos de éste. ¡Sólo así se encuentra el equilibrio!

La comunicación es uno de los temas clave en las relaciones de pareja. Por un lado, a las mujeres les encanta estar hablando todo el tiempo y expresar cada uno de sus pensamientos y sentimientos. ¡Pareciera que no hay filtros entre el cerebro y la boca! En general, las mujeres somos muchísimo más expresivas que los hombres y de eso no hay duda. Aunque siempre existe la excepción a la regla y tenemos a aquellas que son bastante reservadas y hasta cierto punto precavidas.

Por el otro lado, tenemos a los hombres que suelen ser un tanto herméticos. Son concretos y dicen lo que es importante, sin adornos y sin mucho preámbulo. ¡Van al grano! Eso en algunas ocasiones molesta a las mujeres que no logran entender por qué no les gusta comunicarse. No es que no se comuniquen, simplemente son concisos con lo que tienen que decir. ¡Ahorran saliva! Es importante que cada uno conozca las diferencias que existen para que se comprendan y no personalicen las cosas.

Como les decía al principio, los tiempos han cambiado y la integración de la tecnología a nuestra vida lo acentúa todavía más. Me da la impresión de que los hombres son los más tecnológicos y quieren tener todos los gadgets que salen al mercado y ser unos masters en su uso. Mientras que las mujeres solemos subutilizar los aparatos.

No sé si sea porque no ha llegado la persona correcta, pero yo no soy del tipo de mujer a la que le gusta estar colgada del teléfono hablando ni chateando con alguien todo el día. Logro hacerlo un rato, pero después me desespero. Especialmente cuando me tienen ahí prendida del teléfono sin hablar de nada importante y no puedo hacer mis demás actividades. Yo prefiero a un hombre que venga por mí para que hagamos algo como ir al cine, ir a tomar un café o a comer. También puedo estar al lado de la persona mientras vemos TV o cada quién lee un libro. Pero no necesito hablar todo el tiempo. Si vamos a comer o a tomar algo pues claro.

Este es el punto en el que veo que la comunicación ha cambiado. Por experiencias que he tenido pareciera que los roles se han invertido. En algunos casos son ellos los que pasan más pendientes de las redes sociales, a los que les encanta estar chateando, escribiendo correos, enviando links, fotos, canciones, llamando por teléfono, y los que buscan mantener comunicación constante con la mujer el día entero. Al menos eso es lo que me ha tocado vivir a mí. Hay ocasiones en las que mandan fotos hasta del café que se están tomando o envían capturas de pantalla de tus propias publicaciones. ¡Son casi unos acosadores!

Llega un punto en el que se vuelve asfixiante, porque yo no puedo pasar todo el día chateando con una persona. Yo trabajo, estudio, escribo mi blog, leo, veo TV, ceno con mis papás, descanso, últimamente hago ejercicio. En fin, tengo bastantes cosas que hacer y que son importantes para mí. Intento mantenerme ocupada lo más que puedo. Entonces no puedo estar con un hombre desocupado y que invierte todo su tiempo en estar chateando y en las redes sociales.

Yo necesito un hombre que sea productivo, que trabaje, que vaya al gimnasio, que tenga actividades suyas durante el día y que en la noche nos podamos ver para compartir cómo estuvo nuestra jornada. Si hablas con una persona 24/7 y le vas diciendo lo que estás haciendo a cada instante del día, ¿de qué van a hablar cuando se vean?

Por otro lado, hay actividades que se pueden compartir como ver TV juntos, incorporarlo en algunas cenas y en otras salir sólo con él, incluso ir juntos al gimnasio. Pueden irse el fin de semana a la playa y estar a la par y cada uno leyendo un libro. Insisto, no es necesario hablar todo el tiempo.

Al principio de una relación es inevitable y se debe hacer. Es el momento en el que las 2 personas se están conociendo y lo que quieren es saber cada vez más del otro. Pienso que un hombre que no te pregunta sobre tu vida y al que no le importa conocer más de ti, indudablemente no está interesado en ti.

Cuando estás pensando en iniciar un noviazgo con alguien, quieres saber todo de esa persona. ¿Qué comida le gusta? ¿Qué actividades hace? ¿Qué estudia? ¿A dónde trabaja? ¿Le gusta leer, ir al cine, ver TV? ¿Qué tipo de películas le gustan? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Quiénes son sus amigos? ¿A qué lugares le gusta ir? ¿Cómo toma el café? ¿Cuáles son sus flores favoritas? ¡Hay tanto que descubrir! Si de verdad quieres estar con ella, te va a interesar conocerla. Soy fiel creyente de que sólo se puede amar lo que se conoce.

Pero después de esa fase de enamoramiento, el amor es más que estar hablando con la persona amada 24/7. Eso es invadir su espacio personal. Por más que tengas una pareja, es necesario que cada quién mantenga su espacio para hacer las cosas que le gustan. Hablar o chatear más no significa amar más. De hecho, un punto que para mí es indispensable en una relación es que cuando haya un silencio ninguno de los 2 intente llenarlo porque se siente incómodo. Cuando puedes estar en silencio con esa persona y aun así te sientes bien, has encontrado a alguien con quién vas a disfrutar simplemente con estar ahí.

Es importante comunicarse y que cada quién exprese sus sentimientos. Sin comunicación es imposible resolver problemas ni saber cómo está nuestra pareja. Es fundamental que sepamos transmitir al otro nuestras necesidades y saber escuchar también las de él. La empatía es la clave para que la comunicación fluya entre 2 personas.

El caso que yo planteo aquí es que para mantener una relación sana debemos darle espacio a nuestra pareja y un respiro a la tecnología. Ahora tenemos muchas formas para estar en contacto con nuestros seres queridos. ¡Utilicémoslas a nuestro favor y no en nuestra contra!

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