It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been
el cortejo en el siglo xxi

Cada vez que me encuentro a alguien que no he visto en un tiempo, lo primero que me preguntan es si tengo novio. La respuesta es siempre la misma: no. Entonces me preguntan el por qué. Ya he hablado de lo difícil que es encontrar caballeros hoy en día, pero en esta ocasión quiero profundizar en el tema del cortejo.

Tengo 6 años de estar soltera y sinceramente estoy “cansada de besar sapos”. Dejé pasar varios años sin tener citas, porque todas eran un desastre y terminaba teniendo únicamente primeras citas. Empecé a pensar que no valía la pena perder mi tiempo, prefería quedarme leyendo un buen libro o viendo una película a salir con alguien con quién iba a terminar pasando un mal rato.

En los últimos meses decidí intentarlo de nuevo, sólo para darme cuenta de que las cosas no han cambiado y llegar a una conclusión interesante: Los hombres no quieren cortejar a una mujer. Se han vuelto unos cínicos e irrespetuosos. Ojo que eso me lo dijo un hombre, no me lo estoy inventando yo.

Hombres, si quieren salir con una mujer, si la invitan a salir, deben dejar una buena impresión. Básico: Invitación es invitación, es decir, van a pagar por la cita. Sé que muchos ya le están gritando a la pantalla, pero es la verdad. No tiene nada que ver con que seamos unas “mantenidas” como dicen algunos. Nosotras podemos pagar perfectamente por nuestra comida y por todo lo que necesitamos, no es ese el punto. Se trata de que si su objetivo es conquistar a la dama, debe existir un cortejo.

Para los que no saben, ¿qué significa cortejar? Es tener gestos que agraden a la persona a la que queremos atraer: abrirle la puerta, mandarle flores, dedicarle una canción, ofrecerle ayuda para bajar las gradas… ¡hay tantos detalles que pueden hacer sentir valorada a una persona!

Pero hoy en día los niños (sí, porque se comportan como niños) buscan una cita y de entrada la echan a perder. Hombres que de entrada dicen: “Te invito salir. Si quieres bueno, sino, mucho gusto”. ¿Qué forma de hablar es esa? Yo me pregunto si realmente existen damas que aceptan. Creo que ni siquiera merece una respuesta, porque es una forma de agresión. De entrada están demostrando que no les interesa lo más mínimo, que no van a esforzarse.

Cuando vas a una entrevista de trabajo, te vendes con tus mejores cualidades para que te contraten a ti y no a otros que quieren el mismo puesto, ¿cierto? Jamás le vas a decir a tu futuro empleador: “Si quieres contrátame, sino, mucho gusto”, ¿o sí? Lo mismo ocurre cuando quieren que una mujer sea su novia, deben venderle su mejor versión para que ella los elija. Muchos dirán: “Entonces prefieres que te mienta sólo para que te conquiste”. ¡NO! Mostrar nuestra mejor versión no es mentir, es hacerle ver a esa persona que nos gusta todo lo bueno que tenemos, que será suficiente para que también acepte nuestros defectos más adelante. Está claro que nadie es perfecto.

Sin embargo, recientemente me encontré con hombres a los que decirles que un caballero abre la puerta les da risa y se esmeran aún más en no hacerlo; hombres que dicen que ellos no le van a quitar el impulso a una mujer si ella quiere pagar; hombres que dicen que para una salida no es necesario bajarse y tocar el timbre, que con un mensaje de texto basta para que ella salga; hombres que por no cortejar dejan tan en duda quién les gusta, que alguien me preguntó si él estaba saliendo conmigo o con mi amiga.

Dicen que un caballero ha sido educado por una reina. ¿Qué pasó con la educación de estos malcriados?

Lo más triste del caso es que a veces en un grupo de amigos y por las razones que sean es uno de los que no valen la pena el que se acerca primero, y por ese “código de amigos” que tienen, los que sí son caballeros nunca van a tratar de cortejar a esa mujer, dejando pasar la oportunidad de conocerse para ambos.

Por otro lado, he escuchado lamentarse a muchos hombres que son caballerosos de que las mujeres ya no valoramos eso y que si son detallistas los mandamos automáticamente a la “zona de amigos”. Eso no es verdad. Si bien es cierto que existe la probabilidad de que no sean correspondidos, no quiere decir que sea porque son caballerosos o no apreciemos sus gestos, sino porque las relaciones de pareja están determinadas por más de un factor. Aunque no sea suficiente que un hombre sea caballeroso para sentirnos atraídas hacia él, pienso que uno que sí lo es ya empezó con pie derecho.

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