It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been

Al hablar de relaciones entre hombres y mujeres, el debate puede ser eterno. ¡Hay tantos temas que se pueden abordar! A veces los hombres piensan que las mujeres somos complicadas y que no se puede quedar bien con nosotras de ninguna forma. Lo que sucede es que no encuentran un equilibrio. En esta entrada les voy a dar 2 ejemplos de cómo una cita puede salir súper mal por irse a 2 extremos diferentes: ser asfixiante o ser “cavernícola”.

Imagínense salir con un hombre que tienen años de no ver y de la nada las invita a salir. Ustedes deciden aceptar en plan de amigos, porque al fin y al cabo tienen años de no ver a esta persona. Pero resulta que durante toda la cita, él no para de decirles que las quiere muchísimo y que le da mucho gusto verlas. Para ver si él para de decirles que las quiere, ustedes solamente le responden “gracias”. Pero no, ¡él continua! Tampoco para de decirles lo lindas que son y que cualquier hombre se enamoraría de ustedes y que serían perfectas para cualquiera.

Muchas veces los hombres piensan que con adular a una mujer durante toda una cita, es suficiente para conquistarla. ¡Qué equivocados están! Una mujer busca salir con un hombre con el que pueda conversar, no uno que sólo se dedique a escucharla hablar de su vida y que el único momento en el que abre la boca es para decirle a ella que es bonita y maravillosa. Con eso, lo que consiguen es que la persona se sienta asfixiada, presionada e incómoda. ¡La hace huir! ¡La asusta! El resulta que obtiene es que no lo quiera volver a ver.

¿Qué se puede sacar de esta experiencia? Un hombre debe ser natural, no adulador. Por supuesto que a las mujeres les gustan los hombres cariñosos, pero no hay que llegar a ser empalagoso. Es lindo que le digan a la persona que es bonita, pero no que solamente abran la boca para decir eso. También tienen que aprender a darle el espacio a una mujer y no querer pedirle que sea su novia en la primera cita. Las mujeres funcionamos diferente y necesitamos tiempo para conocer a alguien. Es importante reconocer la etapa en la que se encuentra la persona, porque muchas veces solamente están buscando un amigo y no un novio.

¿Qué pasa con la otra cara de la moneda? Los que hacen que una cita sea un desastre de inicio a fin. ¡De entrada llegar tarde! La puntualidad es súper importante, demuestra respeto hacia el tiempo de la otra persona. Después, caminar adelante, subirse al carro y NO abrir la puerta. Ese simple hecho ya los deja con un marcador negativo. Es suficiente para que su cita se dé cuenta de que no son unos caballeros y el ambiente se pone feo.

Todavía están aquellos hombres que pueden empeorar las cosas quejándose todo el tiempo. No le pidan a su cita que elija el lugar al que van a ir si existe la posibilidad de que no les pueda gustar. Si lo hacen, no le digan que odian a donde van. Aunque el lugar esté a reventar de lleno, no empiecen a decirle que mejor se vayan. Aprovechen el hacer una cola para entablar conversación y no para lamentarse. Con actitudes como esa, lo que van a conseguir es desesperar a la persona. Además, si invitan a salir a alguien es porque quieren pasar con esa persona. ¿Qué mejor que esperar para que se alargue el momento? Si están presionando para que se apuren, le hacen sentir que no quieren estar con ella y que no tienen tiempo.

Pensarán que no puede pasar nada peor. ¡Sí se puede! Porque además están esos hombres que llegan al lugar, ordenan y se sienten con el derecho y el poder de tratar mal a quién los atiende, devolverle lo que han pedido porque “no les gusta” y exigir que se lo cambien. Su cita se va a sentir tan avergonzada de estar ahí con ustedes, que va a contar los minutos para que termine.

Luego, la conversación debe ser agradable, hablar de cosas que les gustan y que disfrutan. Pasar hablando de cosas negativas, de todo lo que odian y quejándose es espantoso. Va a llegar un punto en el que la mujer va a estar harta y sólo va a desear salir corriendo de ahí.

Pero la cereza del pastel la pone el final. Ya cuando la pobre mujer no aguanta más, piden la cuenta y la persona con la que salieron dice: «Uy…mi billetera». ¡Esa mujer lo va a querer matar! Se va a buscarla al carro y no la encuentra. Resulta que la dejó en su casa. Con tal de que esa tortura llegue a su fin, la mujer paga. No le basta eso al hombre, sino que el muy cínico le dice: “La próxima yo te invito”. ¿Cómo se le puede siquiera ocurrir que va a haber una próxima? ¡Esa pobre mujer tuvo que pagar por la peor salida de su vida! Hay que tener un mínimo de decencia y decir: «Te lo pago al llegar a la casa» o una cosa así, y cualquiera le hubiera dicho que no importaba. A una mujer no le va a molestar pagar una cuenta, pero no por la peor cita de su vida.

Que todo lo anterior ocurra en una cita parece ciencia ficción, pero ¡ES POSIBLE! Por supuesto que es un extremo, porque el tipo es un fóbico y un antisocial. Espero que nunca se topen con uno así y si les pasa, mejor recordarlo como una anécdota para reírse. Es mejor conocer todos los «especímenes» que hay en el mundo, así vamos a saber identificar cuando llegue uno bueno.

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