It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been

No soy experta en finanzas, pero considero que manejo muy bien las mías, porque desde pequeña mis papás me enseñaron cómo hacerlo. Sin embargo, es preocupante ver cómo muchísimas personas hipotecan hasta el alma por no tener una educación financiera que les permita hacer un correcto uso tanto del dinero como de las tarjetas de crédito. Siendo éstas últimas el mayor de los problemas.

En los últimos años los precios de absolutamente TODO se han visto incrementados. Creo que eso es evidente a los ojos de todos los que pagamos por un producto. El precio de la gasolina está en las nubes. Hemos podido ver cómo eso ha generado tanto conflicto con las personas del sector de transporte público, quienes de alguna forma se ven más afectados con esto dado que es su fuente de ingreso. Aunque definitivamente a todos nos afecta, sobre todo cuando debemos subsidiar a los primeros.

Si se fijan en la cuenta del supermercado, es impresionante cómo se ha duplicado en algunos casos. Es alarmante ver que incluso los productos de la canasta básica han aumentado considerablemente de precio. Lo más preocupante es que todo sube, excepto los salarios que se mantienen exactamente igual. Para muchos, éstos no han variado en años y los presupuestos se deben reajustar, ya que no podemos comprar lo mismo si con ese dinero que antes ganábamos hoy compramos solamente la mitad. Hacer este reajuste y darnos cuenta de que no podemos vivir la misma vida que antes es un balde de agua fría para las personas que se rehúsan al cambio.

Por otro lado, tenemos al peor enemigo de la gran mayoría de personas: las tarjetas de crédito. En mi opinión, las tarjetas de crédito existen para facilitarnos la vida y por seguridad para no andar grandes cantidades de efectivo. Es sorprendente lo fácil que una persona puede obtener una tarjeta de crédito y cómo los bancos las “regalan” sin dar mayor información a quien la adquiere. Es así como tantas personas se llenan no sólo de una, sino de una infinidad de tarjetas de crédito.

Tener una tarjeta para hacerse de un record crediticio está bien. Pero tenerlas para comprar cosas que no podemos comprar de otra forma está mal. Con nuestra tarjeta de crédito únicamente deberíamos de comprar lo que compraríamos con el efectivo del que disponemos en nuestra cuenta de ahorros, ¡no más! ¿Por qué? Porque la forma correcta de usar una tarjeta de crédito es pagar todo el monto gastado al final del corte, ya que únicamente de esta manera vamos a evitar que nos cobren intereses. Si lo que hacemos es pagar el monto mínimo, los intereses nos van a comer.

El problema no termina aquí, sino que se hace aún más grave debido a que muchos cuando topan una tarjeta de crédito, solicitan otra a otro banco y pagan una tarjeta con otra. Es un círculo vicioso que no termina nunca. ¿Se imaginan lo endeudados que terminan?

Se preguntarán a qué se debe este comportamiento en las personas y por qué se meten en estos líos que los pueden llevar a perderlo todo, incluso su casa. Yo pienso que hay 2 razones. La primera es la falta de educación financiera como les comentaba al principio. Al no saber cómo funcionan las tarjetas de crédito y no entender que NO ES GRATIS lo que compramos, sino que al final nos sale mucho más caro por lo intereses que debemos pagarle al banco, las personas pasan la tarjeta sin pensarlo dos veces. La otra razón y la más importante es que muchos deseamos vivir una vida que no nos corresponde. Deseamos tanto lo que tienen nuestros amigos, vecinos, parientes, etc. que no nos importa endeudarnos para obtenerlo nosotros también. Tenemos la idea de que son las cosas que poseemos las que nos dan valor y no nos damos cuenta de que valemos por lo que somos. Es así como muchas personas viven por encima de sus ingresos, siempre endeudados.

Para mí es impresionante ver a indigentes, ¡sí, las personas en la calle!, con un celular haciendo llamadas. ¿Cómo es posible que esas personas prefieran gastar en un aparato de lujo, porque un celular no es básico por más que muchos lo quieren ver así, que en comida? En escenarios tan extremos como ese nos podemos dar cuenta de cómo las personas viven tan desubicadas y en un mundo irreal, totalmente fuera de su alcance y de sus posibilidades.

Si tienes muchas tarjetas de crédito, lo primero que te recomiendo es que pagues todas, las canceles y te quedes solamente con una. No es necesario tener mil tarjetas, con una es más que suficiente. En segundo lugar, una vez que estés al día con el pago de tu tarjeta, haz todo lo posible por mantenerte así, de esa forma no vas a tener que pagar intereses nunca. Esto sólo se logra gastando igual o menos de lo que ganas. Algunos no solamente tienen tarjetas, sino que también créditos  de casa, autos o en almacenes por compras de otros productos. En ese caso, si pueden pagar el saldo de su crédito, ¡háganlo! Con eso se van a ahorrar que les cobren una gran cantidad de intereses y lo que ganen, lo van a poder ahorrar y ser ustedes los que reciban intereses por su dinero. Por otro lado, siempre es importante tener un “colchón”, es decir, una cantidad de dinero ahorrada en caso de que surja una emergencia. Así tendremos dinero a nuestra disposición para solventar el percance.

Finalmente, lo más importante es que aprendamos a vivir de acuerdo a nuestra realidad y que nos quede claro que nuestro valor como personas no nos lo dan las cosas materiales que podamos tener. Además, debemos estar conscientes de que todavía vivimos en una época de crisis y en momentos como estos, hay que “apretarse el cinturón” y comprar únicamente las cosas que son imprescindibles y renunciar a algunos lujos que al final salen mucho más caros de lo que pensamos.

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