Es triste ver como hoy en las escuelas se dedican a tener “Niños Medicados”. Yo cada vez me cuestiono más si los “avances” que tenemos son para mejor o peor. No sólo avanza la tecnología, sino también las ciencias y con ellos la psicología y la psiquiatría. Ahora hay un término psicológico para todo prácticamente y la gente los usa para etiquetar a los demás como mejor les parece.

Enfocándome en las escuelas y en los niños, desde hace algunos años, a cualquier niño que sea travieso, juguetón, que moleste en clases y no saque las mejores calificaciones, lo mandan a evaluación con un psicólogo y éste lo remite a un psiquiatra o neurólogo de ser necesario. Las escuelas condicionan a los papás a que los llevan a terapia o los expulsan. Ya no les basta con decir que los niños son hiperactivos, sino que buscan que los diagnostiquen con “Trastorno por Déficit de Atención” (ADD por sus siglas en inglés).

Se preguntarán qué gana la escuela con esto. ¡Fácil! Al ser diagnosticado el niño con ADD, lo medican. La droga más conocida para esto se llama Ritalina (metilfenidato). Lo que no le cuentan a los papás son todos los efectos secundarios que tiene. Si la dosis es muy alta lo que hacen es ponerlos más lentos para que así se estén tranquilos y sin molestar en clases.

Doy gracias de haber ido a la escuela en una época en la que los profesores realmente asumían su papel y se interesaban por sus alumnos. Profesores que no buscaban la salida fácil de tener tranquilo a un niño, sino que trataban de entender por qué se comportaba así. Es cierto que hay niños que sí necesitan ser medicados, pero es la minoría y ahora lo generalizan. No todos los niños hiperactivos tienen un desbalance neurológico que amerite medicarlos.

La mejor profesora que tuve en la escuela es un ejemplo a seguir. Además de ser excepcional como maestra y enseñando su materia, es excepcional en su forma de tratar a sus alumnos. Un caso específico era el de un adolescente que tenía en una clase. Él es una persona con una inteligencia muy superior al promedio. Esto hacia que terminara los ejercicios de matemática antes que todos sus compañeros y como se aburría por no tener nada más que hacer, se ponía a molestar, a patinar en la clase, a correr, etc. ¿Saben qué hacía ella con este niño? Le decía que tenía tanta energía que se fuera a correr a la cancha de fútbol y cuando ya hubiera gastado toda esa energía, regresara a la clase. Impresionante, ¿verdad?

Ella lograba ver más allá del comportamiento de su alumno y sabía lo inteligente que era. No estoy diciendo con esto que a todos los niños hiperactivos hay que mandarlos a correr a la cancha, pero sí que hay otras formas de tratar con ellos. Ese es el trabajo de un buen profesor, ¡ingeniárselas!

Papás, no dejen que las escuelas determinen qué toman sus hijos. Los niños pasan más tiempo en el colegio que en casa y aunque principalmente son los padres quienes educan a sus hijos, las escuelas y los maestros juegan un rol muy importante en la educación, que va más allá de que aprendan matemáticas y ciencias. Existen distintas inteligencias y lo que se debe hacer es potenciar la de cada niño, no tratar de encasillarlo en un estereotipo.

Ojo que con esto tampoco quiero generalizar y decir que todas las escuelas y todos los maestros son iguales. Sólo quiero señalar un problema que se está dando y al que hay que ponerle atención. Como me dijo una psiquiatra: “el énfasis debe ser el diagnóstico adecuado, ya que un niño con ADD medicado puede cambiar su vida para bien”.