It's never too late to be what you might have been!
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Noveno-Aniversario


Noveno Aniversario

octubre 26, 2020
Noveno-Aniversario

Los últimos 10 meses han sido una locura en todo el mundo. El Salvador no fue la excepción. Estoy segura de que nunca nos imaginamos que 2020 iba a tonarse un año tan desastroso, porque las calamidades se han ido acumulando. Obviamente el tema más complicado ha sido y seguirá siendo el COVID19. Nos ha tocado enfrentar una pandemia mundial, que no ha distinguido raza, sexo, clase social, nacionalidad, edad, etc. Este virus nos ha afectado a TODOS. En diferente medida y de diferente forma, pero todos hemos sido afectados.

Han sido meses complicados y eso a muchos nos ha hecho darnos cuenta de lo que realmente es importante y enfocar nuestros esfuerzos en eso. En mi caso, amo el blog y todas las alegrías que me he dado, pero mi enfoque ha tenido que concentrarse en la empresa y en apoyar a mi familia para sacarla adelante. Por eso este año no he podido dedicarle tiempo al blog. Sin embargo, hoy se cumplen 9 años desde que lo creé y pienso que vale la pena celebrarlos, porque este proyecto me ha dado muchísimo y me ayudó a salir adelante en un momento difícil de mi vida. Además, estoy segura de que pronto podré retomarlo, tal vez de otra manera.

Desde hace tiempo quería escribir un post sobre mi experiencia durante la pandemia y creo que hoy es un buen momento para aprovechar a hacerlo.

Yo me enteré del coronavirus en diciembre, porque mi mejor amigo estuvo en China en esa época. Nunca dimensioné la magnitud que iba a tener. Veía China tan lejos y las medidas de encierro hasta un poco exageradas. Estaba segura de que se iban a curar y no iba a pasar a más. El susto fue cuando se comenzó a propagar y me di cuenta de que no habían logrado contenerlo. Pero todavía Europa se veía lejos. El tema es que hoy en día viajar es tan fácil, que controlar una enfermedad tan infecciosa es misión imposible como lo hemos visto.

Mis papás estaban de viaje y justo el fin de semana que iban a regresar, pusieron los centros de cuarentena. Mi angustia empezó desde antes de que se fueran, porque no quería que viajaran en medio de una pandemia. Cuando me enteré de los centros y de las condiciones en las que estaba la gente, les dije que no se regresaran. Encima de todo, cerraron el aeropuerto. Mis papás tienen enfermedades crónicas y los dos toman medicinas permanentemente. Entonces mi pánico era cómo hacía para mandarles las medicinas. Gracias a Dios cancillería ayudó con los envíos y a ellos nunca les faltaron sus medicamentos.

Pero yo estaba aquí sola con mi abuelita de 93 años, que todos los días me preguntaba cuándo iban a venir mis papás. ¡Era una gran responsabilidad para mí estar a cargo de ella!

Cuando pusieron la cuarentena, la cosa empeoró. Tuvimos que cerrar la oficina. Luego pudimos trabajar con como 6 personas llegando a la oficina nada más y mi tía y yo éramos básicamente las únicas atendiendo a los clientes. En lugar de estar de “vacaciones” como estaba la mayoría de la gente por la cuarentena, yo estaba trabajando al doble.

La angustia de tener a mis papás fuera, con la incertidumbre de no saber cuándo iban a poder regresar y que se pudieran infectar; el miedo de cómo iba la situación económica y que cada vez había más empresas cerrando; el terror de que si salía a la esquina me pudieran llevar detenida a un centro de contención; el pánico de que mi abuelita o yo nos infectáramos… todo eso, fue la receta para un desastre. Empecé a tener insomnio, pasaba ansiosa, estresada, llorando, en fin… fueron meses difíciles.

Mi cumpleaños me tocó pasarlo sola, porque era la época en la que pusieron la cuarentena súper estricta y ni las pastelerías estaban atendiendo. De verdad que sólo porque Dios es grande pasé contenta. Sí, logré estar alegre a pesar de las circunstancias.

Ah…encima de todo, justo el día que pusieron la cuarentena, me comenzó una gripe que se convirtió en tos y se me complicó tanto, que tomé dos veces antibióticos, dos veces esteroides, como cuatro o cinco jarabes para la tos, me tocó hacer terapias respiratorias… ¡qué no tomé y qué no hice! Y con nada se me quitaba la tos. Eso también me tenía súper angustiada y menos que quería hacer historias, porque sentía que si tosía en un video, me iban a mandar a traer los del gobierno pensando que tenía COVID19.

Todo cambió en el instante que mis papás regresaron y terminaron sus días de cuarentena domiciliar. Una vez que los abracé y que sabía que ya estaban fuera de peligro, milagrosamente, la tos desapareció. ¡Era puro estrés! Fue una tos que me duró casi cuatro meses. ¡Ridículo!

Pero el punto de este post no es sólo contarles todo lo que me tocó vivir, porque sé que a muchos les tocó peor y a otros mejor. No se trata de compararse. Cada quién ha vivido lo que le ha tocado de la mejor forma que ha podido. Y ese es mi punto, que la frase “esto también pasará” es tan cierta. Yo siento que para mí lo peor ya pasó, porque mi angustia más grande era no tener a mis papás conmigo. Ahora que ya estamos juntos, puedo respirar hondo. 

Es posible que algunos de ustedes sigan complicados y tratando de sobrevivir en una situación difícil. Lo que les quiero decir es que Dios no nos da una prueba más grande de la que podemos superar. Él conoce nuestras fortalezas y nuestra limitaciones. Yo estoy agradecida de que esto haya pasado ahorita, porque sé que si hubiera pasado hace cuatro años, yo me hubiera hundido. No hubiera podido ayudarles a mis papás, no hubiera podido cuidar a mi abuelita, no hubiera podido trabajar para sacar adelante la empresa y muy probablemente me hubiera quedado tirada en la cama llorando el día entero feeling sorry for myself. Pero no fue así, porque esta situación tan difícil sucedió cuando yo estaba fuerte física y emocionalmente. Tuve las fuerzas para enfrentarla y salir adelante. Y estoy segura de que así como yo pude hacerlo, ustedes también pueden.

¿Es fácil? ¡NO! Para mí no fue fácil y por ratos quería tirar la toalla, llorar y esperar que alguien me rescatara. Pero rezaba todos los días el Salmo 91 y eso me daba fortaleza. Le pedía a Dios que no me dejara y que protegiera a mi familia y lo hizo. Hablaba con mis papás cuando sentía que ya no podía, que era casi todos los días, jajaja, y ellos me daban ánimos también. Me demostré a mí misma que soy muchísimo más fuerte de lo que yo pensaba.

Así que sólo les puedo decir que si todavía están pasando por estragos a causa de la pandemia, no se rindan, no crean que son los únicos que la están pasando mal. Pero sepan que quedarse lamentando, no les va a servir nada. La única forma de cambiar la situación en la que estamos, es tomando acción, es trabajando, esforzándonos, cuidándonos y dando lo mejor que cada uno tenemos. Créanme que Dios ve sus ganas de salir adelante, Él ve su esfuerzo y Él no los deja solos. Para algunos el tiempo de respuesta es más largo, pero él no nos abandona.

Se los digo, porque yo me sentía frustrada cuando veía que tanta gente regresaba al país y para mis papás no me daban respuesta. Tal vez tenía que aprender algo más estando yo sola y lejos de ellos. Me di cuenta de que podía salir adelante por mí misma y que además, podía ayudarlos a ellos. Me di cuenta de que literalmente muevo cielo, mar y tierra por ellos, que daría mi vida por ellos y ese deseo de tenerlos de nuevo conmigo, fue la motivación más grande para trabajar en su plan de retorno.

Tengan fé, agárrense de la mano de Dios, den lo mejor de ustedes mismos y sepan que esto también pasará.

I was wearing:
Shirt: H&M
Jeans: H&M
Sneakers: Adidas

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