Vivimos en una sociedad en la que la gente por querer mostrarse “interesada” en la vida de las personas peca de imprudente y en algunos casos hasta de entrometida.
Creo que nadie se salva de haber cometido alguna imprudencia en su vida y sentir como el ambiente se torna incómodo. Esto es por falta de tacto en nuestras acciones y a la hora de emitir un comentario. Sin embargo, hay personas que resultan inoportunas en extremo y con sólo acercarse ya tememos lo que van a decir.
Ahora se ha convertido casi en broma decir que cuando no tienes pareja, todo el mundo te pregunta por qué no tienes. Se vuelve un debate cómo puede ser posible que no tengas novio o novia. Te comienzan a decir que eres tan buen partido, que pronto va a aparecer alguien, etc. ¿Qué tal que no tienes novio porque a ti no te interesa? Porque estás ocupada con tus estudios o te estás dedicando un tiempo para ti. O como suele suceder, porque no ha llegado la persona correcta.
Mientras tanto cada vez que te ven con un amigo, te preguntan quién es, que si es tu novio y hasta que por qué no se hacen novios si se ven tan lindos juntos. Muchas veces te lo dicen enfrente de tu amigo y te terminan avergonzando y el pobre acompañante no encuentra ni donde esconderse.
Un tiempo después inicias una relación, se dan cuenta de que tienes novio e inmediatamente te preguntan: “¿Y para cuándo la boda?” Suena absurdo, pero así pasa. ¿Qué se puede responder ante un comentario tan inapropiado? Nada.
Si la relación con tu pareja funcionó y decidieron dar el paso de casarse, porque ustedes lo querían, no porque todo el mundo los presionaba a hacerlo, entonces la pregunta de rigor es: “¿Y cuándo van a tener bebé?” ¡Increíble pero cierto! ¿Acaso esa gente entrometida va a mantener al bebé y lo va a cuida? ¡NO! La gente no sabe siquiera si estás pasando por un buen momento, si tu relación de pareja ya está establecida. Ellos sólo quieren meter su cuchara donde no les corresponde.
Ok, tuviste tu primer hijo. No has pasado ni la cuarentena cuando ya te están preguntando cuándo vas a tener el siguiente para tener “la parejita”. ¡Es tan irracional! Y te apuesto a que tienes al siguiente y te van a preguntar por el tercero y luego el cuarto y es la de nunca acabar. Todas estas son decisiones que se toman en pareja únicamente y sobre las que nadie más debería de opinar si no se les pregunta directamente.
Aquí no se den por aludidos papás, hermanos o personas realmente cercanas, sino gente que es simplemente conocida y se cree con el derecho de opinar, preguntar e incluso juzgar y emitir valoraciones sobre tu situación. ¡No les hagas caso!
Para mí el colmo de la falta de límites de las personas y no tener el más mínimo respeto por los demás es cuando tienen años de no verte, te preguntan por tu pareja y les respondes: “me divorcié”. Hasta aquí todo bien. Tampoco se espera que sean adivinos y sepan lo que pasa en tu vida. Esa respuesta es más que suficiente para decir “lo siento” y pasar a otro tema. Sin embargo, hay personas que tienen el descaro de comenzar a indagar cuál fue la razón por la que te divorciaste. ¡Es inconcebible! En serio, ¿qué les importa? ¡Es tú vida!
Pese a todo, digamos que hasta este momento lo único que ocurre es que te hacen sentir incómoda y no sabes ni cómo responder para no ponerte en el mismo plan grosero que tu interlocutor. No obstante las consecuencia de ser imprudente pueden ser súper graves.
Casos en los que alguien ve a la pareja de una amiga comiendo en un restaurante con otra mujer, sin saber quién es esa otra mujer, y sale corriendo a contar el chambre. En este país que es tan pequeño y todo mundo se conoce, se comienza a distorsionar la información y ya cuando le llega a la novia o esposa, se genera un gran problema en la relación de pareja. Por eso cuando no estés seguro de lo que estás viendo o de las personas que crees que están en un lugar, no digas nada. Puedes hacer un comentario tan imprudente que dañe la relación de otros.
Un caso que me pasó a mí cuando estaba súper chiquita (8 años más o menos) fue que por ser tan platicona, le pregunté a una señora que estaba sentada a la par mía en el banco si estaba embarazada. La señora se incorporó inmediatamente y me dijo que no, que por qué le hacía esa pregunta, que si la veía gorda. ¡Quería que la tierra me tragara! No sé ni cómo atiné a decirle que no, que era porque normalmente las señoras a su edad estaban embarazadas. Creo que eso me sacó del lío porque continuó hablándome de otra cosa. ¡No pude ser más imprudente!
Hay otras personas que tienen mucho tiempo de no ver a una mujer y se toman el atrevimiento de hacer un comentario acerca de su apariencia física. Si está muy flaca, le preguntan qué le ha pasado que está tan demacrada, que si está enferma. ¡Qué sutileza! Si la ven que ha subido de peso, le dicen que está bien cachetona y que se ve rellenita, bien sana. ¿A quién se le ocurre que una mujer, sea quien sea, va a tomar como cumplido que le digan que está gorda? Mejor quédense callados.
Hay que ser prudente y no meterse en la vida de las personas. Hay que respetar ciertos límites. No tienen por qué opinar sobre la vida de gente que no conocen y que no es cercana a ustedes. Hay quienes se toman el atrevimiento de cuestionar hasta por qué no se fue a vivir fuera con toda su familia, sino que se quedó aquí. ¿Qué tal que no le dieron la visa y está frustrado por no haberse podido ir? ¿Qué tal que no pudo adaptarse a la cultura de otro país y por eso se regresó? ¿Qué tal que la persona sí quisiera irse y sus circunstancias no se lo permiten? De verdad, ¡no hay que ser entrometido!
En otro países es impresionante cómo nadie se mete en la vida de los demás. Pueden sentarse desconocidos en la misma mesa en un restaurante y cada quien está en lo suyo. Aquí si alguien se sienta en tu mesa, te comienza a sacar plática. Deberíamos de aprender de otras culturas en las que cada quién mantiene su distancia y se ocupa de sus asuntos sin involucrarse donde no lo llaman. ¡Nos ahorraríamos tantos problemas! Aquí es el colmo que vas a pagar un servicio, el que te atiende te pide el DUI, ve tu dirección y te empieza a preguntar si vives cerca. Resulta incómodo. No es información que tenga que estar revisando y menos que tenga que estarte cuestionando.
Como les dije al principio, hay personas que son sumamente imprudentes, pero a todos nos pasa en algunas ocasiones. Para evitar hacer comentarios fuera de lugar o incómodos es recomendable que pensemos bien lo que vamos a decir y que no hablemos sólo por entablar una conversación. Si no eres un amigo cercano a la persona o tienes mucho tiempo de no verla, no le hagas preguntas íntimas y personales. Puedes preguntarle simplemente cómo está o qué ha sido de su vida y así ella decidirá qué contestar.