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Mi Pareja Es De Otra Religión

Hablando con varias personas sobre este tema, coincidíamos en que las relaciones ya son lo suficientemente complicadas como para agregarles un elemento tan complejo como no compartir la misma religión. ¿Por qué? Porque hablar de política y religión suele generar polémica cuando las personas no están en la misma página. Cada persona puede tener su propio punto de vista, y esto está bien. El problema se da cuando no respetan el de los demás.

La religión bajo la que una persona ha sido criada fundamenta las bases de sus principios y valores. Es su esencia, porque determina en una gran parte sus creencias. Por lo tanto, no es algo que se le puede pedir que cambie. Si cediera a dejar de lado todo lo que se le ha inculcado y ha profesado, significa que en el fondo no estaba convencida o que es fácilmente influenciable para pensar de otra manera. Resultará ser alguien sin convicciones.

Religión no es lo mismo que espiritualidad. La espiritualidad es algo más grande y es esa conexión que cada persona puede tener con Dios independientemente de su religión. No podría decir que una religión es mejor que otra. Cada quien va a amar la suya, porque es la que le tocó vivir y aprender. Te enseñan la que practica tu familia y la sociedad en la que vives. Y estoy segura de que Dios no va a hacer diferencias por eso. ¿Cómo se le puede exigir a un hindú que crea en Jesús, si nunca le han hablado de Él? Sin embargo, si obra bien y es bueno, Dios lo ama igual que al resto. Las religiones conllevan el mismo principio: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. En eso se resume la ley de Dios.

Si bien ya aclaré que se debe respetar la religión de cada persona, no significa que la vamos a compartir. Es ahí cuando se puede volver difícil tener una relación de pareja. Las creencias varían de una religión a otra y cuando se habla en contra de una, la gente se siente atacada, lo toma como algo personal. ¿Cómo vas a poder convivir bajo el mismo techo con una persona que difiere contigo en un tema tan crucial?

Comencemos con algo que pareciera banal. ¿Qué tal que para ti y tu familia es sumamente importante celebrar los cumpleaños y tu pareja no los celebra por su religión? ¿Vas a dejar de celebrarlos o los vas a celebrar sin su presencia? Ahora algo un poco más sustancial. A la hora de la boda, ¿vas a renunciar a casarte por tu iglesia o vas a forzarla a ella a que se case por la tuya? Pienso que si amas a alguien, no lo vas a obligar a renunciar a algo que para él es bueno. Lo vas a aceptar tal y como es. ¿Cómo decidirán este punto? Eso va a depender de cada pareja.

Si no se lograron poner de acuerdo en adoptar una religión común como pareja, viene un tema más crítico, porque compartir el domingo es algo que une a las familias. Ir juntos a congregarse es importante. ¿Se imaginan saliendo cada uno por su lado a su iglesia? Y cuando nazcan los hijos, ¿cómo los van a educar? ¿Se van a pasar la vida discutiendo por qué religión se les va a inculcar? ¿Cómo van a determinar bajo qué religión los van a bautizar? ¿A qué iglesia van a ir? ¿Va a ir uno con mamá y otro con papá, dividiendo aun más a la familia? Si no pueden responder a estas preguntas, es un indicador de que tienen que pensar bien qué harían antes de seguir adelante. Deben evaluar el escenario con su pareja y tomar decisiones juntos.

La religión debe servir para unirnos, no para separarnos. Por lo tanto la otra cara de la moneda es, ¿se van a poner de acuerdo para practicar una misma religión? ¿Se van a poner de acuerdo para ir juntos a la iglesia? ¿Se van a poner de acuerdo para enseñarles una misma doctrina a sus hijos? ¿Se van a poner de acuerdo para tener una familia unida y que se guíe bajo las misma normas de Dios? Si pueden responder sí a todas estas preguntas, ya tienen una luz verde para continuar con su relación.

No es la regla, pero en su mayoría se ven más mujeres y niños en las iglesias. ¡Y no es por que no haya un esposo! Es porque ellos no van, tan simple como eso. Es aquí donde la mujer tiene un rol sumamente importante, porque ella puede lograr acercar a su pareja a Dios. La mujer puede ser el instrumento que Él utilice para llevar a su esposo hacia Él. Una familia que ora unida, permanece unida.

Por último, les doy un consejo que yo recibí este año: Hombres, oren y pídanle a Dios por una mujer que lo ame a Él más que a ustedes; Mujeres, oren y pídanle a Dios por un hombre que lo ame a Él más que a ustedes. Al principio les cuesta asimilarlo a algunas personas, porque quisieran que su pareja las ame más que a nadie, llegando a competir incluso con Dios. Eso es un error, porque un hombre y una mujer que ama a Dios más que a nada en el mundo, pueden estar seguros que de los va a amar a ustedes con todo su corazón, los va a respetar y los va a cuidar. Porque alguien que tiene a Dios en su corazón sólo puede obrar bien y dar amor a quiénes les rodean.

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