La depresión es una de las peores enfermedades que alguien puede tener. La gente piensa que es simplemente estar “triste” y que no se hace el esfuerzo necesario por dejar de estarlo. ¡Se equivocan! Si fuera tan fácil como una simple tristeza, las personas no se terminarían suicidando.
¿Por qué es que muchas depresiones terminan en suicidio? Porque la depresión es llegar a un punto de desesperanza tal, que la persona no le ve sentido a vivir. Es una desesperanza tan grande que NADA tiene sentido, que lo único que se puede sentir es un enorme vacío.
Lo más lamentable de la depresión y por lo cuál muchas terminan en suicidios es que los familiares y amigos no toman en serio la enfermedad. Creen que el paciente está fingiendo los síntomas y no le dan el apoyo adecuado. Por esta razón es que muchas personas llevan la depresión por dentro, solos, sin poder contar con nadie.
Llega un punto en el que la depresión es tan fuerte que no se puede ocultar. Ya no sólo se llora en la ducha, en el carro o en la cama hasta quedarse dormido. Se llora en público, en el trabajo, en la escuela, en el supermercado, en todos lados, porque las lágrimas ya no se pueden contener.
Suicidarse en este punto NO es ser egoísta. Suicidarse es el resultado de la desesperanza, porque la persona piensa que le está haciendo un favor al mundo. La víctima piensa que no existe nadie que de ni la hora por ella. Esa persona que sufre la depresión no se siente amada por absolutamente nadie, se siente completamente sola y vacía. Desaparecer o morir sería algo bueno para el resto del mundo.
Muchas veces comparan a las personas depresivas con otras que “tienen menos que ellas”. Comparar no sirve de nada y tampoco ayuda. Robin Williams es el mejor ejemplo. Él era un actor famoso, por ende exitoso, millonario, que parecía tenerlo todo… y aún así, la depresión fue más grande que todos sus “logros” y decidió quitarse la vida. La depresión no elige clases sociales, le pega igual a todos.
Lo peor en nuestra sociedad es que ni siquiera existe la ayuda adecuada para las personas que padecen esta horrible enfermedad. En primer lugar los seguros médicos no cubren enfermedades mentales. ¿A caso una gripe es más importante que una depresión? La mayoría de la población en El Salvador es clase media-baja y no tiene los recursos para pagar $100.00 de antidepresivos mensuales, cuando el sueldo mínimo es poco más de $200.00. Los terapeutas son unos incompetentes que prefieren tratar casos fáciles, que realmente hacer su trabajo. Se dedican a atender a niños con síndrome de déficit de atención y pasar coloreando con ellos, que enfrentar un caso difícil.
Lo más triste del mundo en el que vivimos es que no se le da la seriedad adecuada a la depresión. Se minimiza, se le hace sentir al enfermo que está sobre exagerando y que sólo quiere llamar la atención. Muchos de los pacientes dan avisos antes de matarse, pero las personas que están alrededor no lo toman en serio. Lo peor que he escuchado es a psiquiatras decirle a pacientes que sus intentos de suicidio son una farsa, que si de verdad se quieren matar, se den un tiro, o se corten la vena aorta y no las muñecas, que no avisen que se van a matar. Esas son las palabras que estas pobres personas reciben, motivación para que se suiciden de la forma correcta. Pienso que esos psiquiatras o psicólogos deberían de ir a la cárcel y les deberían de revocar su licencia médica. Pero en El Salvador todos salen impunes. Ningún delito se persigue, a menos que quién lo cometa tenga un cargo importante.
Todavía para agravarlo más, los familiares y amigos se dedican a decirle al paciente que no hace lo suficiente, que no se esfuerza, que no trata. ¡Si supieran la lucha interna que llevan por dentro y el esfuerzo tan grande que realizan día a día! Porque además, muchas de las personas depresivas, no tienen únicamente esa enfermedad, sino que luchan con una o varias más. Recibir el tratamiento adecuado es casi imposible.
La cereza en la punta es que todos alrededor de la persona que intenta suicidarse dicen que se asustan y tienen miedo y que por eso no la quieren tener cerca. ¿Miedo de qué? En lugar de ayudar, la dejan todavía más sola. Una persona depresiva no va a atacar a otros, se va a atacar a ella misma, porque se odia y no puede manejarlo.
Me compadezco de quiénes sufren depresión y espero de todo corazón que logren encontrar el tratamiento adecuado o a las personas que les ayuden a salir de ese agujero. Les deseo que logren ver una luz al final del túnel y que logren superar la desesperanza. Para los familiares de estas inocentes víctimas, porque ellas no pidieron tener depresión, espero que logren detectarlo a tiempo y les den el apoyo y amor que necesitan. Si se suicidan, sepan que no es egoísmo, es porque no creen que nadie las vaya a extrañar y que a nadie le va a importar.
Nadie elige tener depresión, es una enfermedad. ¿A caso tú eliges cuándo te da gripe o dolor de cabeza? Es un desbalance neurológico, falta de serotonina y necesita ser tratada igual que cualquier otra enfermedad.
Espero que este post les ayude a tomar conciencia de lo grave que es.