En la era tecnológica en la que vivimos los niños vienen con chip incorporado. Nos encontramos con bebés de 1 año jugando con las tablets o los smartphones y niños menores de 10 años que saben utilizar la computadora mejor que un adulto. Esto es algo que los padres tienen que superar.
Al inicio, Facebook era para mayores de 18 años. ¿Pero qué forma había de comprobar la edad? Yo veía niños menores que abrían sus cuentas con edades falsas. Ahora se supone que la edad mínima son 13 años y aun así hay niños mucho más chiquitos con perfiles en las diferentes redes sociales. ¿Por qué? Porque la gran mayoría no tienen ninguna supervisión por parte de un adulto a la hora de navegar y tienen acceso sin límites a los aparatos electrónicos.
¿Saben a qué sitios ingresan sus hijos? ¿Tienen idea de los perfiles que han abierto en redes sociales? ¿Conocen a las personas con las que sus hijos interactúan a través de los chats? Todas esas son preguntas que deben hacerse y si la respuesta es no, tomar las medidas para cambiarlo.
El hecho de que hoy en día los dispositivos sean portátiles o móviles dificulta todavía más controlar lo que los niños ven y evitar que se los lleven al cuarto. Pero es importante que las computadoras con acceso a internet estén en lugares de la casa donde los padres puedan supervisar y controlar el tiempo de navegación. En ocasiones el uso del internet puede convertirse en una adicción. Si para los adultos el tiempo se pasa volando, ¡imagínense para un niño que lo utiliza para jugar y chatear con sus amigos!
Pareciera que los padres no se dan cuenta de los peligros a que se enfrentan sus hijos en internet. Piensan que por estar conectados a través de una pantalla los niños no corren ningún riesgo. La realidad es otra. Así como hay gente mala en el mundo real, también la hay en el mundo online. Sólo piensen en esto, ¿le dejarían abierta la puerta que da a la calle a su hijo? No, ¿verdad? Entonces tampoco los pueden dejar con la computadora abierta sin ningún tipo de supervisión.
Decirle a un niño que no puede usar internet no es una opción, porque es parte de la época en la que estamos y es una herramienta valiosa en la educación si se usa de la forma apropiada. Incluso en los colegios les dejan tareas para las cuáles necesitan buscar en la red. El problema está en que en esa búsqueda se pueden encontrar con todo tipo de contenido, incluso aquel que no está acorde a su edad. Una vez que los niños empiezan a explorar, ese material censurado puede aparecer a medida que dan click en diferentes links, o puede surgir como una ventana emergente. El niño no está buscando eso, pero se puede encontrar con una imagen pornográfica, páginas que dan tips sobre cómo suicidarse, otras en las que hacen un tributo a los desórdenes de alimentación, algunas que incitan al odio y la violencia, etc.
Existe una aplicación que se llama “Foursquare”. Funciona como un geolocalizador y hace un registro (check-in) al llegar a un lugar. Yo veo a muchos adultos que la utilizan y realmente me preocupan, porque parece que no tienen la más mínima idea del riesgo en el que se ponen al revelar cada paso que dan. Si su hijo tiene esta aplicación en su Smartphone, cualquiera puede saber su ubicación en tiempo real y el niño puede ser víctima de un secuestro.
Por otro lado, tenemos los chat públicos en los foros o juegos, donde los niños hablan con desconocidos y pueden ser presa fácil de un pederasta. En un chat ellos no pueden saber si la persona con la que están hablando es otro niño o un adulto. Ni siquiera conocen su nombre, porque cada quien se pone un usuario anónimo. De tanto jugar con el sujeto, pueden llegar a pensar que es su “amigo” y ponerse de acuerdo para conocerlo en persona y eso es sumamente peligroso.
Otro de los peligros más grandes a los que se enfrentan sus hijos es la pornografía infantil. Una vez que se sube una fotografía a internet no desaparece aunque la borren y puede ser vista por personas que le den un mal uso. Fotografías en traje de baño pueden ser utilizadas con un fin sexual. Resulta que ahora existen aplicaciones que permiten reconocer la forma de triángulo del bikini para buscar las fotografías.
El bullying ya no se queda tampoco en el plano offline, sino que trasciende al cibernético como cyberbullying. Los niños ya ni siquiera tienen un respiro al llegar a sus casas después de la escuela, porque a través de mensajes de texto, e-mails y redes sociales sus acosadores les pueden hacer la vida imposible 24/7.
Además de los peligros que existen en internet, su uso puede afectar a los niños de otras formas. En cuanto a la salud, la vida sedentaria que llevan puede causar obesidad, mientras que la exposición prolongada a una pantalla genera problemas de la vista. Sin embargo, considero que uno de los efectos más negativos que tiene el navegar sin límites es la falta de desarrollo de las habilidades sociales, que conllevan problemas para comunicarse con los demás. Comunicarse a través de una pantalla no es igual que establecer una relación con una persona de carne y hueso. Los pequeños pueden llegar a sentirse seguros únicamente al hablar por chat o por correo. Se pueden volver antisociales y aislarse de las demás personas. No practican deportes ni salen a jugar con otros niños al aire libre.
Este tema es de gran importancia y los padres deben ponerle muchísima atención al tiempo que sus hijos pasan conectados, saber qué hacen en la web y con quién interactúan.