El 2014 ha sido un año intenso para mí, lleno de muchas aventuras, viajes, ilusiones, nuevas experiencias y nuevas personas que han llegado a mi vida. Éste es probablemente el año en el que más me he demostrado a mí misma todo lo que soy capaz de hacer y lo fuerte que soy. He crecido y he madurado muchísimo.
También ha sido un año de darme cuenta quiénes son realmente las personas que valen la pena y que debo conservar a mi lado y quiénes son aquellas que sólo me drenan y no aportan absolutamente nada a mi vida. Pienso que llegan momentos en que debemos analizar esto y realizar que no importa que la lista se haga cada vez más pequeña, porque es la calidad la que interesa y no la cantidad. Así mismo, entender que el que alguien estuvo ahí durante 20-30 años, no significa que deba seguir estando. Los ciclos se cumplen y debemos ser capaces de avanzar y dejar atrás a todo y a todos los que nos detienen.
Durante este 2014 también he podido ver cómo el estar ocupados es indispensable para los seres humanos. Tener metas y proyectos es lo que nos mantiene vivos. Que si el plan A fracasó, tenemos que inventar un plan B, C, D, etc. Nunca darnos por vencidos y no dejar de ilusionarnos porque el primer intento no funcione. Habrán otros y habremos aprendido del anterior.
Espero que el próximo año esté lleno de muchas bendiciones para ustedes y sus seres queridos y que siempre tengan proyectos en mente que los motiven a vivir y a dar lo mejor de ustedes. ¡No dejen de ponerse metas!