It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been
Feliz 2014 by Soniux Valdés

Este día termina un año más. Antes del 2011 me daba lo mismo cambiar de año. Me daba igual que pasara el tiempo. Siempre pensaba que “mañana” iba a ser un mejor día y nunca lo era. No vivía el presente y no disfrutaba ni ayer, ni hoy ni mañana.

Fue hasta el 2011 que comencé a interesarme por analizar mi vida, revisar qué tal había estado el año y ver qué cosas quería cambiar para el próximo. Recuerdo perfecto ese día sentada en medio del mar, hablando con Dios, algo se me movió en mi interior y me hizo entender que las listas enormes de propósitos que se sugieren por todos los medios es un error. Algo me dijo que la clave para cumplir los propósitos de año de nuevo es elegir uno y enfocarse en él. ¡No estaba equivocada! Desde hace 2 años mi propósito de año nuevo es solamente uno y desde hace 2 años he cumplido cada uno de ellos.

Escuchen en su interior. Esa vocecita que vive dentro de ustedes se llama conciencia, ¡y no miente! Dios nos habla a nuestro corazón y ahí nos dice lo que debemos hacer. Pero muchas veces nos engañamos explicando que no estamos seguros de si es nuestra imaginación y que tal vez no deberíamos hacer eso que sentimos que debemos hacer.

Sin embargo, estoy segura de que cada quien sabe lo que debe cambiar, por muy difícil que sea. Es el miedo a la dificultad que representa hacerlo lo que muchas veces nos hace desistir o ni siquiera plantearnos el propósito. Estamos acostumbrados a lo fácil, a que no nos cueste. Pues les cuento que eso no tiene ningún mérito ni es algo que vale la pena poner dentro de una lista de propósitos, porque lo fácil no genera cambios.

Esa necesidad de quererlo todo fácil y de no querer esforzarnos aunada a lo que vemos y escuchamos en el mundo es lo que no nos permite crecer y ser mejores personas. Estos días le puse atención a lo primero que mencionan en todos lados como propósito de año nuevo: “ponerse a dieta”. No sólo lo escuchas en los medios, sino que toda la gente ya tiene ese chip insertado y lo primero que sale de sus bocas cuando les preguntas su propósito de año nuevo es que se van a poner a dieta. Lo más lamentable es que todavía se ríen y dicen: “igual que el año pasado, a ver si éste lo logro”. En los medios de comunicación escuchas cómo hacen broma también de eso y te dicen: “pero hoy si haga la dieta, esperemos que este año sí baje”.

¡No lo podía creer! Al razonarlo con atención, me resultaba increíble pensar que se suponga que las personas somos tan superficiales como para no tener nada mejor que plantearnos que ponernos a dieta. Lo siento, pero estoy en desacuerdo. Pienso que tener un estilo de vida saludable es algo bueno, pero un propósito de año, de vida, debe ampliarse a áreas más significativas y que nos hagan mejores seres humanos. No puede reducirse sólo a la dieta, porque resulta vano y frívolo.

Un año más les digo que se tomen un tiempo para examinar su vida y ver qué cambio es el que realmente haría una diferencia en ella. Muchas veces pensamos que los propósitos se tratan de “hacer algo”, cuando la realidad es que en ocasiones el propósito debe consistir en “dejar de hacer algo”. ¡Esto último es más difícil! Requiere más trabajo, porque un hábito o una creencia que hemos repetido durante años está arraigada a lo más profundo de nosotros. Modificar patrones de conducta y pensamientos es una tarea complicada, pero que si la logramos nos trae unos beneficios enormes. Puede llegar a darle un giro a nuestra vida.

Este año yo descubrí una herramienta súper efectiva para hacerlo y es el curso de Educación de las Emociones. A través de este proceso de 40 días y mediante un trabajo intenso, te vas dando cuenta de que sí se pueden cambiar hasta las cosas que nos parecen imposibles. Hacer ese curso es el mejor regalo que pueden darse, porque es algo que se va a quedar para siempre en ustedes. Aprenderán que así como pueden formatear el disco duro de su computadora, pueden formatear su mente, que son capaces de transformar su forma de pensar y convertirse en personas positivas y felices.

Les deseo que terminen bien este año y que el próximo les traiga todavía más bendiciones a sus vidas. Espero que logren descubrir cuál es ese propósito que vale la pena escribir y firmar como compromiso para cumplirlo en este 2014. Eso es algo que nadie les puede decir, sino que deben buscarlo ustedes en lo más profundo de su corazón. Recuerden que deben ser cosas que dependan únicamente de ustedes, porque es lo único que pueden controlar. Y otro tip, pónganlo en un lugar donde lo vean a diario como recordatorio.

¡Feliz 2014!

PS: Este año voy a renovar el mismo propósito del año pasado.

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