“Al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de violencia de género (maltrato, violación, abuso, acoso, etc.) Desde diversos organismos internacionales se ha resaltado que este tipo de violencia es la primera causa de muerte o invalidez para las mujeres entre 15 y 44 años”. Raquel Osborne.
La violencia contra la mujer existe en todo el mundo y no distingue clase social, raza, cultura o religión. Este tipo de violencia no solamente es físico, sino también emocional y/o psicológico. Este último se manifiesta cuando un hombre nos critica, nos insulta, nos desvaloriza, nos humilla, nos grita, nos amenaza, nos intimida, nos ridiculiza, etc. La agresión física en ocasiones trasciende a los golpes, llegando hasta el asesinato. Generalmente son estos casos los que salen a la luz, porque ya es imposible seguirlos ocultando. Sin embargo, las agresiones emocionales son sufridas por millones de mujeres y terminan dejando la autoestima de ésta en el piso. Los abusadores tienen baja autoestima y por eso quieren que la mujer también la tenga. ¡No hay que darles ese gusto!
El maltrato a la mujer se da desde su infancia, en la familia, siendo muchas (80% aproximadamente) víctimas de abusos sexuales por parte de familiares cercanos, incluyendo padres y padrastros. Son los adultos que deberían cuidarla y en los que la niña confía, los que se convierten en sus agresores. Lo más triste es ver que hay mamás que no hacen absolutamente nada por detener este abuso por miedo a su cónyuge, ya sea porque la puede dejar y él es el proveedor de la familia o porque puede agredirla también a ella. Así, muchas mujeres callan ante el sufrimiento de sus propias hijas, mientras que las niñas crecen con miedo y culpa de lo que sucede. Desde la niñez, las mujeres aprendemos a sentir vergüenza por los abusos que recibimos, cuando en realidad son nuestros agresores los que se deberían sentirse avergonzados.
Algo que no me cuadra es que hay mujeres que pareciera que disfrutan que las maltraten. Para salir de mi duda, les pregunté a algunas de ellas que son NOVIAS, ni siquiera esposas, de hombres que las tratan súper mal, ¿por qué seguían con ellos? Su respuesta fue que lo amaban. Yo no puedo comprender que una mujer llegue a tener tan baja autoestima y estar tan sometida como para quedarse con un hombre que no la valora y la hace sentir mal. Se quedan estancadas en una relación abusiva. Alguien me dijo que no lo entendía, porque nunca me he enamorado. ¡Wow! Si es así, no me quiero enamorar. No quiero que el amor me ciegue y no me permita valorarme y darme mi lugar y permitir que alguien abuse de mí.
En el caso de las mujeres que están casadas no se justifica, pero se entiende que luchen más por su matrimonio y que tengan miedo de un “fracaso familiar” si se divorcian. Cuando hay niños de por medio es mucho más complicado aún, porque la mujer siente miedo de cómo va a sacar adelante a sus hijos sin ningún tipo de apoyo, ya que en muchas ocasiones son sus propios padres los que la presionan para que aguante al hombre y se quede con él. Esto se debe a la sociedad patriarcal en la que vivimos.
Otra razón por la que la mujer soporta tanto maltrato por parte de su pareja es la falta del cumplimiento de leyes que la defiendan. Saben que no va a servir para nada más que empeorar las cosas en el hogar y exponerse a un maltrato aún mayor cuando el hombre se entere de que lo ha denunciado. Los mismos policías cuando van a interrogarlas les preguntan si no será culpa de ellas por no atender bien a su esposo. ¿A quién podemos acudir por ayuda entonces? Pareciera que estamos solas. Esto provoca el Síndrome de la Mujer Maltratada, que se queda ahí por temor, resignadas a que la situación nunca va a cambiar.
Hoy en día muchas conductas negativas se justifican con algún diagnóstico psicológico/psiquiátrico, y los hombres que maltratan a las mujeres no son la excepción. Se dice que tienen una enfermedad psicológica y que una vez que se trate la situación de abuso va a desaparecer. Los hacen pasar como bipolares o que tienen doble personalidad, porque son hombres que pueden ser encantadores un minuto y violentos al siguiente. Esto depende de su estado de ánimo. También son excelentes actores y frente a los demás aparentan ser unas personas calmadas y muy educadas, pero cuando están a solas con su pareja son todo lo contrario. Por eso engañan a todos sus conocidos, incluyendo a la familia de la víctima.
Por otro lado, ¿qué será lo que piensan esos hombres para actuar así? ¿Será que lo aprendieron de su papá, tío o abuelo? Son hombres a los que una mujer les ha dado la vida, que han vivido 9 meses en su vientre, y ahora vienen a agredir a otra mujer que va a darles vida a sus hijos. ¡Realmente me parece inconcebible! No se vale que un hombre que físicamente toda la vida va a ser más fuerte que una mujer, abuse de su fuerza en un ser frágil, que está en desventaja. ¡Son unos cobardes! Es cierto que somos el sexo débil, pero únicamente desde el punto de vista físico; emocionalmente somos mucho más fuertes y tenemos una estructura más sólida que los hombres, pudiendo hacerle frente a situaciones y circunstancias que un hombre jamás podría.
Creo que es importante destacar que desde niñas a las mujeres se nos enseña que debemos ser sumisas y que debemos pensar primero en los demás. Sino, somos consideradas egoístas. Eso no es cierto. Debemos pensar primero en nosotras, amarnos, respetarnos y valorarnos. Si nosotras no lo hacemos, ¿cómo podemos esperar que nuestra pareja lo haga? No se trata de ser egoístas, sino de darnos nuestro lugar y no permitir que nadie pase por encima de nuestra dignidad.
En los últimos días hemos podido ver en todos los medios el escándalo que han hecho porque un diputado agredió a su esposa. Pero, ¿cuántas mujeres que no son esposas de una figura pública son maltratadas a diario y nadie dice nada? Ningún tipo de violencia es justificada. Decir que estamos en contra de la violencia intrafamiliar, maltrato a la mujer y cualquier tipo de agresión, ¡NO es suficiente! Es momento de que hagamos conciencia colectiva. Es necesario actuar y que como sociedad luchemos para frenar la violencia contra la mujer.
3 Comments
Christian Lemus
Muy buen artículo. Quisiera dar mi opinión. Lamentablemente en muchas estructuras sociales no enseñan a cuestionar actitudes como las de la violencia intrafamiliar, que de hecho puede ser de un hombre hacia una mujer o viceversa. Según estudios, hay un patrón incrustado en el código genético de los seres vivos que hace que químicamente responda de una manera ante diferentes estímulos. O sea, que venimos programados de una manera. Ahora, si eso se combina con el proceso mental da cada individuo, ahí es donde las acciones se vuelven reales. Es cierto, de chicos la prueba social juega un papel importante. Lo que vemos como “Normal” lo programamos en nuestro cerebro para referencia del comportamiento a seguir. Es complicado, porque a veces cuando estamos haciendo una mala acción y entramos en conflicto interno sobre esa decisión, seguimos adelante. Nuestro cerebro a veces no puede procesar el hecho que lo que estamos haciendo es una mala decisión. Tratamos internamente de convencernos a nosotros mismos de que “No es grave” o “Es que me lo merecía” e incluso cosas como “No, todo va a estar bien, esto va a cambiar”. Lo ideal fuera que podamos ver nuestras acciones y ser conscientes de como afectan al resto y a nosotros. Digamos que un poco sobre esa filosofía del bien común. Socialmente no estamos acostumbrados a denunciar/hacer algo en contra de casos de violencia. Te dicen tus seres queridos o cercanos “No te metás” cuando como seres sociales podríamos intervenir. Mientras más nos demos cuenta de los hechos y aprendamos a discernir que es lo bueno y que es lo malo esas tendencias van a ir bajando. Yo no puedo cambiar al mundo, pero por mi parte estoy enseñándole a mi hija a que vea la manera de que sea feliz y que esté bien. Supongo que si hago un cambio con una persona, eventualmente cambiarán muchas.
Luz Cordero
Interesante
Como te mencionaba, yo realicé una investigación de campo para entender cual era la causa principal del maltrato en la mujer, claro esto hace ya casi 10 años, y la causa que según las encuestas realizadas a mujeres en tratamiento en el ISDEMU, es la vulnerabilidad emocional, no es ni el alcohol ni el machismo, es lo que tu decis “POR QUE LOS AMAN” y muchas veces si no es que en su mayoría este maltrato va junto con chantajes psicológicos hacia ellas, las cuales se ven como culpables y que merecen ser maltratadas.
Ej, El me pegó pero porque yo me lo merecía, no le contesté el teléfono, no le avisé con quien iba a estar, le contesté mal, no le tenía la comida lista. El maltrato en sí en un círculo vicioso, va desde el inicio del maltrato, el niño en su infancia lo ve, lo analiza, lo tolera, lo aprende, lo lleva a la acción, ve que su papá, tío, abuelo o figura paterna que le pega a su mamá, hermana, abuela, figura materna, por lograr algo, entonces el aprende que si quiere algo lo va a obtener con golpes, ahora bien, el machismo en este caso siempre va a recaer más en la mujer, ya que permitimos que esto se de, yo conozco un caso de una niña que detesta el machismo y odia vivir en una sociedad así pero ella en su casa practica el machismo y es algo normal en ella y lo hace sin que se lo pidan, irónico verdad?, pero es lo que hemos aprendido, y así como decís, como se han puesto con esto de Samayoa, y cuantas mujeres no mueren a diario por maltrato, cuantos niños no ven como su papá le grita a su mamá en las noches, esto ya es un maltrato y va a generar en el una repetición.
Ahora bien como cambiar esta situación, a los hombres que son maltratadores solamente si ellos aceptaran que tienen un problema y quisieran recibir ayuda, lo podrían lograr, pero en la clase alta, esto es ridículo porque ellos JAMAS van a tener un problema, y en la clase media/baja, las mujeres han aprendido a que deben de vivir así, por esto, a quienes se tiene que educar es a los niños, y como dijo Ghandi, ser tu el cambio que queres ver en el mundo, porque violencia genera violencia, amor genera amor, y si provocamos violencia para combatir violencia, no vamos a obtener amor, sino más odio en el mundo. Pero si lastimosamente el maltrato es lo peor y en todas sus clasificaciones y hacia todas sus víctimas (hombres, mujeres, niños, animales, ancianos, naturaleza), por eso hay que repartir sonrisas, amor y educación a los niños para que crezcan en un mundo nuevo.
Evelyn Galindo
de acuerdo 100%