It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been

¡Cuántas personas piensan que ser Mamá es el “derecho más grande” de una mujer! Yo no comparto esa opinión en absoluto. Creo que ser Mamá no es un “derecho”, sino que es la BENDICIÓN más grande que Dios le puede dar a una mujer. Dado que es el regalo más grande que Él nos da, cada mujer debe responder a las obligaciones que eso implica y ser una buena Mamá.

Tal vez éste no va a ser el blog sweet que quisieran de Día de la Madre, pero creo que la situación que se vive en la actualidad no requiere más de eso. Existen mujeres a las que no les interesa ser Mamá. Para ellas su objetivo más grande en la vida no es ese, sino: ser esposas y disfrutar con sus parejas sin “ataduras”, “libremente”; ser profesionales exitosas, enfocando toda su vida en su carrera sin otro tipo de “distracción”; ser monjas y dedicar su vida a Dios. Así le llaman ahora las mujeres a los hijos: ataduras, distracciones, etc. La monja es la única que no ve a los hijos como un estorbo, sino que el tipo de vida que elige lleva implícito el no tener hijos. En los otros dos casos, no hay nada que lo impida.

Por otro lado, nos topamos con tantas mujeres que hablan sobre su “derecho a elegir”. No se trata del derecho a elegir ser o no ser madres, sino a tener o no tener a un hijo ya concebido. Puedo respetar la opinión de los demás en muchísimos temas e incluso ser flexible, pero en éste ¡NO! ¿Cuál derecho a elegir sobre la vida de otro ser humano? En este punto soy súper cerrada y mi postura es y será siempre: “Sí a la vida, No al aborto”. Para los que ven Grey’s Anatomy se van a dar cuenta de cuántas veces menciona este “derecho a elegir” Cristina Yang, uno de sus personajes, quién enfocada en su carrera decide tener un aborto e incluso le pregunta a su mejor amiga cuando ésta le dice que está embaraza si tiene que alegrarse o si van a hacer uso de su derecho a elegir. Me resulta inconcebible. Por muy que sea nuestro cuerpo, no tenemos el derecho de terminar con la vida de un ser humano, un ser al que Dios ha creado.

También se da el caso de mujeres que hacen uso de su derecho a ser madres para “atrapar” a un hombre y retenerlo a su lado, siendo su hijo nada más y nada menos que una simple carnada. En otros países como los europeos, en los que la población es cada vez más vieja y el gobierno da incentivos a las mujeres para tener hijos, se embarazan por todos los beneficios que reciben del estado. En países como el nuestro, la mayoría de mujeres ni siquiera tienen el conocimiento adecuado acerca de los anticonceptivos y tienen “n” cantidad de hijos a los que ni siquiera pueden alimentar. Niños que sólo vienen a sufrir al mundo. Asimismo nos encontramos con las mujeres de las clases sociales altas, que tienen hijos sólo porque hay que tenerlos, pero que ni siquiera los ven, siendo criados por las empleadas domésticas y los motoristas. Con suerte son educados en el colegio. Obviamente estos niños crecen sin el fundamento de la familia, en el que los padres son los que deben inculcarles principios y valores. Y después todavía nos preguntamos, ¿por qué está el mundo como está?

Aquí solamente les estoy dando algunos ejemplos. Ya bastante se han tocado los casos de las madres adolescentes, que son niñas criando niños; las mamás drogadictas, que no pueden ser ningún tipo de guía para sus hijos y son ellos los que terminan cuidando de ellas; lo mismo que las madres alcohólicas, que le pasan esta predisposición al feto mientras vive en su vientre y se alimenta de ella.

Como les decía, ser Mamá es una bendición y como tal, conlleva responsabilidades, obligaciones y muchos sacrificios. Como me dijo ahorita mi Mami: “Una vez que el bebé nace y te agarra el dedo por primera vez, nunca más te suelta, es para siempre”. (¡Tan linda mi Mami!) Una madre debe inculcar principios y valores a sus hijos, educarlos, cuidarlos cuando están enfermos, alimentarlos, escucharlos, aconsejarlos, regañarlos cuando hacen algo que no está bien, darles seguridad y protección, pero lo más importante es darles amor. De nada sirve que una mujer le de todo lo material a un niño, si no le da el amor que sólo una madre puede dar.

Desde mi punto de vista se deben cumplir con dos requisitos antes de tomar la decisión de convertirse en Mamá. En primer lugar tiene que existir el instinto y el deseo inmenso de ser madre. Una vez que existe el deseo, debemos estar listas/preparadas para serlo, tanto física como emocionalmente. Si bien algunas mujeres podemos ser egoístas en muchos aspectos, en éste no podemos darnos ese “permiso”, tenemos que pensar primero en el bebé que vamos a traer al mundo.

¿A qué me refiero con estar listas para ser Mamá? Yo sé que es imposible estar 100% segura de cuando es el momento ideal para la llegada de un hijo, pero sí hay algunas cosas que podemos hacer. ¿De qué nos sirve desear con todo nuestro corazón tener un hijo, si somos drogadictas o alcohólicas? Primero debemos desintoxicarnos. Si tenemos un desorden alimenticio, primero debemos recuperarnos, tomar vitaminas, comer saludablemente y ganar el peso necesario para albergar a ese bebé durante 9 meses. Luego de eso vamos a estar listas físicamente. Pero falta la parte emocional y eso significa trabajar en terapia o con un guía espiritual nuestros conflictos y heridas del pasado para no transmitirle todo eso a nuestro bebé. El feto absorbe absolutamente todo lo que la madre come, piensa y siente. Con el objetivo de no lastimar a nuestro bebé desde que está en el vientre, debemos estar en nuestras mejores condiciones. Y estoy segura de que no importa lo grandes que parezcan nuestros problemas, el deseo de tener un hijo y convertirnos en madres es el motor más grande para superar cualquier obstáculo.

Yo he tenido la suerte de tener una Mamá increíble, que siempre ha estado para mí, que me escucha, me aconseja  y puedo hablar con ella de cualquier cosa; que me ha inculcado principios, valores y la importancia de la familia; que no importa lo grande que estoy siempre me cuida cuando estoy enferma, me lleva al doctor, me da las medicinas, me consiente y me da muchísimo amor. Es una Mamá que de verdad ha estado presente en mi vida y que se ha involucrado en ella, en lugar de ser una simple observadora de lo que me pasa. Lo más importante es que es una mujer que siempre ha estado de la mano de Dios y ha permitido que Él la guíe y le ayude a ser una buena Mamá y a interceder por cada uno de sus hijos.

¡Te amo, Mami! Gracias por todo lo que has hecho por mí y por todo el amor que me dás.

¡Feliz Día de las Madres!

Aclaración: Yo escribo por lo que escucho y veo, por la realidad que vivo y desde mi punto de vista. No pretendo generalizar ni hacer creer que mi opinión es la verdad absoluta ni la que el resto del mundo tiene.

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