It's never too late to be what you might have been!
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Divorcio

¿Me divorcio o sigo intentando que mi matrimonio funcione? Difícil decisión, sobretodo para una mujer en la sociedad tan machista en la que vivimos. A eso hay que añadirle que es una sociedad cristiana en la que un divorcio es considerado uno de los pecados más grandes por la iglesia.

Desde niños nos inculcan que el matrimonio es sagrado y que es para toda la vida. Por supuesto que yo no fui la excepción. Mi familia es sumamente católica y desde muy pequeña tuve claro que si me casaba era para toda la vida. Creo que ni siquiera se me cruzaba por la cabeza la posibilidad de un divorcio.

A medida que fui creciendo y siendo parte de las conversaciones de los adultos, me di cuenta de lo duro que juzgaban y criticaban a las personas que se divorciaban. A las mujeres se les veía con un tanto de lástima, casi dando por hecho que sin un hombre a su lado estaban perdidas.

Cuando un matrimonio va mal, no se le puede echar la culpa a una de las dos partes, porque es responsabilidad de ambos. El matrimonio es de dos y son los dos los que deben decidir si intentan arreglarlo o terminarlo. Cuando mi matrimonio comenzó a fallar, mi esposo y yo decidimos trabajar y esforzarnos para hacerlo funcionar. Yo como mujer tenía la presión más grande, porque mi familia no concebía que fuera a divorciarme y yo sentía que no iba a recibir apoyo si lo hacía, lo que me llevaba a tener un temor aún mayor de quedarme sola.

Mientras pedía opiniones sobre el tema, hubo alguien que me preguntó qué iba a hacer siendo una mujer de 26 años divorciada, y me dijo que me iba a quedar sola y que ningún hombre después me iba a tomar en serio, porque todos los que se acercaran me iban a ver como una presa fácil sólo para pasar el rato. ¡Wow! Eso fue peor que un balde de agua fría. ¡Entré en pánico! Sin embargo, esa es la mentira más grande, porque depende de cada mujer permitir que eso pase. Además, un hombre que realmente te quiere no te va a juzgar por tu pasado, sino que va a amar a la mujer que eres hoy.

Con el tiempo, mis papás se dieron cuenta de que mi matrimonio realmente estaba mal y que ya no había nada que hacer para “repararlo” y ya no se opusieron a mi decisión. Yo sabía que divorciarme era lo que más me convenía, así que tomar esa decisión tan difícil, se hizo un poco más sencillo. Hablando tranquilamente con mi esposo llegamos a la conclusión de que habíamos hecho todo lo que podíamos parar salvar nuestro matrimonio, pero lo único que estábamos consiguiendo era hacernos daño. Por lo que dado lo mucho que nos queríamos, lo mejor que podíamos hacer por ambos era divorciarnos.

No hay duda de que es difícil para una mujer asumir un divorcio en esta sociedad, pero no es imposible. Aunque en principio a nuestros familiares y amigos les cueste comprender y aceptar nuestra decisión, si hablamos con ellos para explicarles la situación, no dudo que la van a respetar. Finalmente a las personas que nos quieren de verdad lo que más les interesa es vernos felices y lo que desean es lo mejor para nosotras.

Otra de las razones por las que muchas mujeres no se atreven a divorciarse es por el temor al qué dirán. A mí me ha costado, pero con el tiempo he aprendido que no podemos vivir con miedo a qué va a decir la sociedad, porque no es la sociedad la que está viviendo nuestra vida, sino nosotras. Por lo tanto, las únicas que podemos decidir qué hacer con nuestra vida y con nuestro matrimonio somos nosotras, nadie más. La gente siempre va a buscar de qué hablar. Nosotras tenemos que ser lo suficientemente inteligentes y fuertes para que lo que digan no nos afecte. No le demos el poder de dañarnos a otras personas. Es importante que confiemos en nosotras mismas.

Alguien me preguntaba si es posible ser amiga de tu exesposo luego de un divorcio. La verdad es que lo veo bien complicado, porque en el momento en que uno de los dos tenga otra pareja va a ser misión imposible. A la nueva pareja no le va a gustar la idea. En el caso de que haya hijos, definitivamente la relación con el ex va a ser para siempre y mantener una relación cordial con él va a ser lo mejor para los niños. En ese escenario se sobre entiende que la nueva pareja va a tener que aceptarlo.

Si bien creo que el divorcio es una opción válida, mi opinión es que debe ser el último recurso, luego de haber explorado otras posibilidades. Creo que cuando dos personas deciden adquirir el compromiso de casarse, deben luchar por mantener su matrimonio. Luego de haber hecho todo lo posible para que este funcione sin éxito, entonces se pueden evaluar medidas un poco más drásticas.

No obstante, pienso que no se debe llegar al punto en el que ambos se odien y se traten tan mal que sea imposible llegar a un acuerdo sin la necesidad de dos abogados que peleen por cada una de las partes. Ya de por sí un divorcio es algo tan difícil que no vale la pena desgastarse más de la cuenta con pleitos y audiencias. Yo tuve la suerte de poder platicar de buena forma con mi esposo sobre el tema y logramos resolver todo solos.

Quiero aclarar que en mi caso muy particular era necesario un divorcio, porque me casé por las razones equivocadas, y en ningún momento estoy animando a ninguna persona a que se divorcie. Yo les estoy dando mi opinión desde mi experiencia y para mí el divorcio no fue el fin del mundo como yo pensaba. Sí tuve miedo de tomar la decisión, pero no me arrepiento de haberlo hecho.

Definitivamente aprendí de lo vivido y sé que si me vuelvo a casar, lo voy a hacer por las razones correctas y no voy a tener que volver a pasar por un divorcio, porque no es lindo tener que divorciarse y de alguna forma es considerado un fracaso. Sin embargo, como siempre les digo en mis entradas, todas las experiencias, positivas y negativas, valen la pena si nos ayudan a crecer como personas y salimos de ellas fortalecidas.

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