It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been
Encontré la Fórmula de la Felicidad: Coaching, Meditación y Yoga

Los que me leen desde que inicié el blog, saben que durante años estuve en terapia. La cuál no me sirvió. ¿Por qué? Porque mi experiencia era llegar a platicar de mi semana, a remover el pasado, a llorar, etc. No había una metodología de trabajo. Por lo que en 2016 decidí no continuar más. 

Este año 2023 me pasó algo que no sé ni cómo explicar. Estaba en el peor hoyo de mi vida. Toqué fondo. Y en ese momento algo dentro de mí se movió y me pedía a gritos un cambio. Me di cuenta de que no quería seguir viviendo como hasta ahora. ¡Debía cambiar mi vida!

Si algo he aprendido a lo largo de mi existencia es que todo pasa por una razón. A inicio de año, gracias a mi hermana conocí a quién se convertiría en mi Coach. Estaba un poco escéptica en un comienzo, porque ya estaba cansada de intentarlo sin éxito. Pensaba que esto tampoco iba a funcionar. 

Johnny, mi Coach, me explicó en qué consistía el Coaching y que había una metodología detrás. Cada sesión tenía un objetivo de trabajo. Ahí no era llegar a llorar ni a desahogarse. Además, el éxito del proceso dependía del cliente. Es decir, el salir adelante estaba en mis manos. Por otro lado, había un tiempo estimado para alcanzar el objetivo, no era ser su cliente para toda la vida como en terapia. Todo eso me hacía ver que el Coaching era algo diferente y no perdía nada con hacer un último intento.

Como les decía, ya había tocado fondo. No tenía nada que perder. Así que un día, hablamos con Johnny y esa conversación fue un punto de inflexión en mi vida. Tenía toda la motivación para salir adelante. ¡Deseaba con todo mi corazón salir de ese hoyo! Él estaba dispuesto a acompañarme en ese proceso.

Normalmente, en el pasado ocurrían situaciones que me ponían mal y yo me levantaba inmediatamente a graduarme Summa Cum Laude de la U, a pasar la maestría con nota perfecta, a trabajar como loca. ¡No paraba! ¡No me detenía! Sólo enterraba lo que me estaba sucediendo con actividades en las que pudiera sobresalir intelectualmente. Pero las emociones seguían ahí… calentándose, ebullendo y preparándose para explotar en cualquier momento.

Esta vez decidí que era el momento de dedicar cada minuto de mi tiempo a estar mejor. Tenía el tiempo para enfocarme en mí y en sanar de una vez por todas… todas esas heridas que no me permitían avanzar.

Empecé a trabajar con mi Coach, a hacer yoga y a meditar. A parte de eso, comencé a estudiar a Joe Dispenza y su serie REWIRED, que se las recomiendo. Mi día giraba en torno a hacer actividades que me nutrieran emocional y espiritualmente.

¡Para mí todo eso fue encontrar la fórmula de la felicidad! Era la combinación perfecta. Por primera vez en más de 22 años estaba experimentando el ser feliz. ¡Sonreía! Sí, yo, ¡sonreía! Me veía al espejo y tenía una sonrisa en mi rostro. Eso no tenía precio.

Dentro de todos los beneficios que vi en dos semanas fue que dejé el cóctel de pastillas que tomaba para dormir desde hacía más de 8 años. Sin esas pastillas no dormía y las dejé en tan sólo dos semanas. Incluido el Rivotril que es tan adictivo y que muchas personas luchan por años para dejarlo sin éxito. ¡Era una locura! Nadie me podía creer que en dos semanas yo ya estaba durmiendo sin pastillas. Yo misma estaba impresionada. ¡Parecía magia! Algo que siempre creí imposible, se estaba materializando frente a mis ojos.

¿Fue fácil? ¡NO! Para nada. Sufrí durante esas dos semanas síndrome de abstinencia mientras me desintoxicaba. No encontraba puesto, me moría del frío, luego del calor. Al inicio pasé más de 60 horas sin dormir ni un segundo. ¡Era una tortura! Sin embargo, justo a las 60 horas, mi maestra de yoga me recomendó escuchar unos audios de “Yoga Nidra”, que sirven para el sueño profundo. La instructora explicaba que, aunque uno no se durmiera, una hora de yoga nidra era equivalente a cuatro horas de sueño profundo. Empecé a dormir 15 minutos. Me daba cuenta de que me quedaba dormida, porque soñaba. Esa primera noche luego de las 60 horas logré dormir dos veces 10-15 minutos. A pesar de no dormir prácticamente nada y tener el sueño rezagado, me levantaba con energía y descansada. Estaba comprobando que el yoga nidra sí funcionaba.

Yo sabía que iba a ser una tortura, pero también sabía que el sacrificio valía la pena sin dudarlo. ¡Y la recompensa ha sido enorme! Yo ahora duermo toda la noche y sin pastillas. Ya no me levanto a las 11am. Me levanto a las 5:30am y aún así no me alcanza el día para todo lo que hago.

Viendo REWIRED aprendí que yo tenía que vivir en el presente; que mis pensamientos, así como podían enfermarme, podían sanarme. Descubrí el poder de la mente y de los pensamientos. Empecé a meditar y a alinear mis centros de energía. Lo bien que me sentía era fuera de serie.

También a las dos semanas me hicieron ver que yo ya no decía malas palabras ni insultaba a las personas. ¡Hasta mi forma de expresarme había cambiado! Insisto… ¡parecía magia!

Pero aparte de todo eso, comencé a tener sesiones intensivas con mi Coach: tres sesiones de dos horas cada una a la semana. Utilizaba diferentes técnicas, entre ellas PNL. Era agotador, pero también valía la pena, porque el trabajo que estábamos haciendo era impresionante. Y no era únicamente trabajo durante la sesión, sino que también fuera. Hacía 30 minutos de grounding y 30 minutos de afirmaciones (h’oponopono) frente al espejo. Meditaba para bajar la frecuencia de mis ondas cerebrales y estar más tranquila.

Los resultados que estaba teniendo eran milagrosos. Logré conectar con mi niña interior de 7 años… la niña de mis ojos. Entendí que cuando reaccionaba de forma emocional era la niña la que lo hacía, porque un adulto reacciona de forma racional. Un adulto analiza y luego actúa. Trata de comprender la situación y no reacciona impulsivamente. Usa la neocorteza, que es la parte frontal del cerebro. En cambio, la niña usa la amígdala y por eso reacciona impulsivamente y desde la parte emocional.

Pasaron una infinidad de cosas de las cuáles algún día les contaré. Todo a su tiempo. Pero eran cosas que nunca habían sucedido. Relamente podía darme cuenta de que estaba teniendo un cambio real.

Había logrado dar unos avances exagerados e incluso hacerme PNL a mí misma. Estaba en el camino para ser feliz y mejor persona. A parte de eso, descubrí con la ayuda de mi Coach cuál era el propósito de mi vida y me inscribí a un master en Coaching en la misma escuela donde se formó él. Esa elección aceleró mi proceso de desarrollo personal exponencialmente. 

Tomé la decisión un día de que ya no me iba a dejar atrapar por mis emociones, ni por las emociones o acciones de los demás. El control de mi vida lo tenía yo y estaba dentro de mí. De la única que dependía era de mí misma. Esto fue lo que hice.

Al iniciar a estudiar Coaching, comencé a aplicarme todo lo que aprendía a mí misma. Decidí cambiar para mí y para poder ayudar a otros. La vida la empecé a ver desde otra perspectiva, una generosa y desinteresada, en la que lo único que deseaba era poder ser de ayuda a los demás. La satisfacción que me da ayudar a otros y verlos avanzar y desarrollarse, no tiene precio. Eso me motivó a ir por ese camino. ¡Encontré mi propósito en la vida y ahora ésta tiene sentido!

Cada día, cuando se me presenta una situación, debo tomar una decisión. ¿Voy a permitir que las circunstancias me afecten o voy a mantener mi actitud positiva? Y cada día decido mantenerme positiva. Decido ser dueña de mi vida y de mis emociones. Elijo ser feliz, porque entendí que esa es una decisión que sólo yo puedo tomar… nadie más.

Empecé a rodearme de personas que admiro y que respeto. Personas inteligentes, buenas, que me retan a ser mejor y que me ayudan a crecer y aumentar mi potencial. Personas que me aportaban valor, así como yo he comenzado a aportarle valor a todo el que se cruza en mi camino.

Decidí que el Coaching, el yoga y la meditación se convirtieran en mi estilo de vida. Ahora vivo sus principios cada día. ¡Y los cambios que veo a diario son alucinantes!

Poco a poco, las personas a mi alrededor comenzaron a ver mi cambio. Había algo diferente en mí y no se lo podían explicar. Me veían llena de vida, radiante, con energía… ¡FELIZ! Me preguntaban cómo lo había conseguido y les contaba mi historia. Esta historia que ahora les cuento a todos ustedes. 

Así, se han ido convirtiendo en mis clientes, para poder experimentar ellos esa felicidad de la que yo les hablo. Con mi formación y el apoyo de mi Coach, que se ha convertido en mi mentor, he empezado a ganar experiencia. Me ha tomado muchísima ayuda y apoyo. Personas que confiaran y creyeran en mí para yo confiar y creer en mí. Ahora sólo puedo dar gracias por todas las oportunidades que me ha dado la vida, porque no ha sido una, han sido más de 11.

Dios tenía un propósito para mí… ¡y ahora lo estoy haciendo! ¡Ahora me siento la mujer más feliz y bendecida del mundo! ¡Ahora me doy a los demás y la satisfacción que siento al hacer feliz a otros es invaluable!

A todas las personas que han sido parte de este proceso… ¡GRACIAS INFINITAS! 

Johnny, es un modelo a seguir. El respeto, la admiración y la gratitud que siento por usted son enormes. Aspiro a poder ser esa luz al final del tunel para otros, así como usted lo ha sido para mí. Gracias por ayudarme a encontrar mi propósito en la vida y por ayudarme a descubrir todos los recursos que están dentro de mí para salir adelante por mí misma.

Mami, gracias por nunca dejarme, por siempre estar ahí para apoyarme. Ahora toca seguir sembrando para cosechar los frutos de todo el trabajo que hemos hecho. Gracias por tu amor incondicional.

Gracias a mi hermana por haberme salvado la vida y a mi hermano por haberme enviado toda su ayuda através de mi Mami. Nunca se van a imaginar lo que sus acciones han cambiado mi vida.

Para todos los que lean esto, si quieren saber más de Coaching, pueden enviarme un mensaje y les voy a regalar una sesión gratis.

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