It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been

La semana pasada comencé a leer un libro que me dieron mis Papás que se llama “La Maestría del Amor” del Dr. Miguel Ruiz. ¡Me encantó! Explica muchos conceptos que ya hemos escuchado o que parecen ser obvios y sin embargo, no los aplicamos a nuestras vidas. Dentro de todo lo que he leído hasta ahora quiero enfocarme en 2 conceptos que fueron los que más captaron mi atención: la diferencia entre amor y miedo, y la diferencia entre lástima y compasión.

Es típico escuchar que no podemos dar lo que no tenemos. ¿Pero cuántos de nosotros llegamos realmente a tomar conciencia de lo que eso significa? La mayoría anda por la vida buscando tener relaciones que los llenen de amor y se desesperan y angustian cuando están solos. No me refiero únicamente a relaciones de pareja, sino de todo tipo, de amistad, con nuestros padres, con nuestros hijos, etc. Pretenden que sean otros los que les den el amor que les falta y los que sean responsables de su felicidad. No son capaces de hacerse cargo ellos mismos.

Desde aquí ya están mal. ¿Por qué? Porque el amor tiene que venir de nuestro interior y una vez que estamos llenos de amor, vamos a poder ser felices. Las personas se dedican a buscar a Dios por todos lados, siempre fuera de ellos, cuando la realidad es que Dios habita dentro de cada uno de nuestros corazones. Es ahí donde debemos buscarlo. Una vez que nos llenamos de Él, vamos a poder tener relaciones saludables, porque no vamos a buscar a los demás para que nos amen y nos hagan felices, sino para compartir nuestro amor y nuestra felicidad con ellos. Nosotros somos los únicos responsables de hacernos felices y eso viene como resultado de nuestro amor. El día que comprendas que tu felicidad depende sólo de ti y que nadie más puede dártela, ese día vas a ser completamente feliz.

Según el Dr. Miguel Ruiz, existen dos fuentes principales para las emociones: el miedo y el amor. Lo más triste es que la mayoría de las relaciones están basadas fundamentalmente en el miedo y no en el amor. Todo esto a pesar de que el miedo hace sufrir a los seres humanos. Parecería que las personas son masoquistas y disfrutan sintiendo dolor, o por desdicha no están conscientes de todas las emociones negativas que surgen del miedo. Tanto el miedo como el amor tienen sus propias características que son totalmente opuestas.

Si tú estás lleno de miedo no puedes ser feliz, porque siempre te vas a sentir obligado a hacer las cosas. No lo vas a hacer porque te nace, sino porque piensas que debes hacerlo para satisfacer a los demás. La razón por la que se hace todo por obligación es porque así como tú tienes expectativas de los otros, crees que ellos las tienen de ti. Haces todo por complacerlos y por ser lo que los demás esperan que tú seas. Pero al mismo tiempo estás esperando que ellos hagan lo que tú quieres… y cuando no cumplen con tus expectativas, viene el sufrimiento y el resentimiento hacia la otra persona, debido a que te sientes herido. Evitamos toda la responsabilidad y por eso sentimos dolor.

En cambio, cuando estás lleno de amor todo lo que haces es porque te agrada hacerlo y eres feliz haciéndolo, ya que no estás esperando nada a cambio. Esto hace que no exista la posibilidad de que te lastimen, porque no tienes expectativas de nadie. Todo lo que haces, lo haces por amor. Eres responsable de tus emociones y de tus acciones.

El miedo hace que le pongamos condiciones a todo, mientras que el amor es incondicional. Si tú tienes todo el amor que necesitas en tu interior, no vas a permitir que nadie venga a ofrecerte un amor condicionado, porque tú no lo necesitas. Además, esa no es una relación sana. Las personas que te amen, lo harán tal como eres, no intentando cambiarte.

Por otro lado, cuando sientes miedo estás a la defensiva y no puedes ser amable. Para no sentirte vulnerable y no dejar ver el miedo, adoptas una posición de enojo, tristeza o celos. Pero todo esto es simplemente un mecanismo de defensa que a la larga lo único que hace es causarte más sufrimiento y dolor. Tú solo te cierras todas las puertas y alejas a todas las personas de ti. Te conviertes en una víctima.

Ya es bien sabido que nuestro peor juez somos nosotros mismos. Pero no tienes idea de lo duro que puedes llegar a ser contigo mismo. Cometes un error y no aprendes de él, sino que te recriminas una y mil veces. Te castigas peor de lo que te castigaría cualquier otra persona. Eres sumamente injusto contigo. No te perdonas nunca. Te repites una y otra vez que no sirves para nada, que eres tonto, que no eres capaz de salir adelante, que no tienes las fuerzas necesarias, etc. ¡Te tienes lástima a ti mismo! Y como tú mismo sientes lástima por ti, llegas a pensar que el resto del mundo también te tiene lástima y es lo que buscas inspirar en los demás. ¿Pero sabes una cosa? No todo el mundo se te va a acercar por lástima. Hay personas que lo van a hacer por compasión, porque están llenas de amor. Si te ven mal, van a desear ayudarte.

Lo que más me impresionó del libro fue leer que cuando una persona te tiene lástima es porque no te respeta, así como tú mismo no te respetas al sentirte lástima y auto compadecerte. ¿Sabes por qué? Porque cuando una persona siente lástima por ti es porque no cree en ti, porque no te cree capaz de salir adelante, piensa que no tienes la capacidad de decidir por ti mismo. Esas personas lo que buscan es tomar el control de tu vida y decirte qué hacer, porque creen que tú no puedes hacerlo solo, sino que ellos deben hacer todo por ti. Y claro, si ni siquiera tú crees en ti mismo, ¿cómo puedes esperar que otros lo hagan? Si tú no te respetas, ¿cómo puedes esperar que otros te respeten?

Sin embargo, te vas a sorprender con personas que llegan a tu vida y no sienten ni una gota de lástima por ti, porque el amor no siente lástima, sino que compasión. Muchos piensan que lástima y compasión son lo mismo, pero la diferencia es abismal. Las personas que están llenas de amor te respetan y creen en ti. Saben que eres capaz de realizar cualquier cosa, porque tienes la fuerza, la inteligencia y el potencial para hacerlo. Entienden que tú eres el único dueño de tu vida y que las elecciones que hagas son tuyas y no le corresponden a nadie más. Esto no quiere decir que te van a dejar a tu suerte, ¡para nada! Lo que significa es que van a estar a tu lado ¡APOYÁNDOTE! Si te caes, te van a dar una mano para ayudarte a levantarte y van a seguir echándote porras, porque saben que puedes lograr lo que te propongas. La diferencia está en que no lo van a hacer por ti.

“La compasión proviene del respeto y del amor; el sentimiento de lástima proviene de la falta de respeto y del miedo”, Dr. Miguel Ruiz.

Con esta entrada lo que deseo transmitirte es que te cambies de lado, que pases del miedo al amor. Empieza a cultivar el amor en tu corazón y no lo busques fuera de ti. Si tú te llenas de amor, vas a poder dárselo a los demás y no vas a necesitar tener relaciones de dependencia en las que otro tenga que suministrarte lo que tú no tienes. No vas a vivir con miedo de que en algún momento esa persona se vaya y deje de darte tu “dosis” de amor, porque el amor va a estar en tu interior. Por último, no te tengas lástima ni permitas que nadie te la tenga. Debes respetarte y darte a respetar. La lástima no ayuda, te hace aún más víctima y creer que eres incapaz de hacer algo por ti mismo.

Fuente: “La Maestría del Amor”, Dr. Miguel Ruiz.

Quiero dejarles este video que me compartió mi Papi y que es un complemente perfecto para esta entrada. Se llama: “El Circo de la Mariposa”. Espero les guste y los haga reflexionar sobre cómo la lástima no ayuda para nada.

Suscríbete a mi newsletter