En entradas anteriores les he hablado acerca del “bullying” o acoso escolar. Si este problema no se corrige a tiempo en los niños, se corre el riesgo de que trascienda al área laboral cuando ellos ya son unos adultos a través del “mobbing”. Éste es un término en inglés utilizado para definir el “acoso laboral” y es un problema al que se enfrentan muchos trabajadores. Así como los niños terminan odiando ir al colegio, para los adultos se convierte en una tortura tener que ir al trabajo.
Este tipo de acoso es emocional y psicológico. Aunque en algunos casos puede llegar a ser físico. Lo que buscan los acosadores es hacerle daño a su víctima, pero sin que ellos tengan pruebas para denunciarlos, ya sea con sus jefes o las autoridades. Es su palabra contra la de ellos. Lo que buscan es denigrar a la persona y hacerla sentir insegura, impotente, desmotivada y sin ganas de ir al trabajo. También la desesperan y hacen que siempre esté con miedo a la defensiva. Cuando son varios hostigadores pueden incluso marginarla.
Tú puedes ser acosado por tus compañeros de trabajo, por tus subalternos o por tu propio jefe. El acoso horizontal, en el que te ves hostigado por tus compañeros de trabajo, puede ser con el objetivo de sabotearte, porque ellos quieren una promoción o porque quieren hacerte quedar mal con tu jefe para destacar ellos. En este caso, algunas de las acciones que van a tomar es ocultarte información que tú necesitas para trabajar, no pasarte una llamada importante, no avisarte cuando tu jefe ha convocado a una reunión, etc.
Los jefes también pueden acosar a sus empleados mediante gritos que pueden terminar en insultos, asignándoles cantidades de trabajo mayores que al resto y que son imposibles de acabar en los plazos requeridos, hacerlo quedar en ridículos frente a otros e incluso subutilizarlo dándole trabajo que no reta sus capacidades y que podría ser hecho por alguien de un perfil más bajo, entre otros.
El fin máximo del acoso laboral es obtener la renuncia de la víctima. Para los compañeros de trabajo implica quitar de en medio a la competencia y tener un camino más fácil para desarrollar su carrera profesional dentro de la organización. Para los jefes, el que un empleado renuncie, les ayuda a ahorrarle el dinero de la indemnización a la empresa.
A las mujeres embarazadas les pasa eso. Por un lado, sus jefes asumen que van a bajar su rendimiento en el trabajo, saben que se van a ausentar del trabajo por sus chequeos médicos y que durante 3 meses van a tener que contratar a alguien que las cubre durante su licencia por maternidad (eso en El Salvador). Por el otro, están sus compañeros que en ocasiones se ven cargados con el trabajo que ellas no pueden realizar. Y hay empresas que en lugar de contratar a alguien más en los 3 meses que la mujer se ausenta, reparte las tareas entre sus empleados actuales.
Todo esto hace que ellas sean víctimas de mobbing y sus acosadores consigan el objetivo que es que sean ellas las que renuncien sin necesidad de pagarles indemnización por los meses de embarazo y los de licencia y se pueda contratar a una persona que rinda al 100%.
Otras de las causas por las que una persona puede sufrir mobbing es porque conoce alguna práctica incorrecta e incluso ilegal dentro de la empresa y quiere denunciarlo o confronta a la persona que ha actuado mal. Puede ser que un compañero de trabajo te pida que lo encubras, pero tú no te sientes cómodo haciendo eso y entonces él se enoje y te empiece a hacer la vida imposible. O que tu jefe te pida que hagas algo que va en contra de tus principios y por no “obedecer” una orden, te comience a gritar y a humillar. Esto puedo escalar hasta el punto de que otro de tus compañeros sí esté dispuesto a hacer lo que tu jefe ordena y se confabulen para hostigarte en el trabajo.
El mobbing trae consecuencias graves para quienes lo sufren. Por un lado, debido al desconocimiento de la problemática, las familias no le creen al trabajador que está siendo agredido. Así como a los niños les dicen que se defiendan y que no exageren, el mismo caso se da con los adultos. Los familiares creen que están haciendo un drama de algo sin importancia y no los apoyan. Esto hace que las víctimas se sientan aún más solas y angustiadas, porque ni siquiera fuera del trabajo encuentran ayuda.
Por otro lado, la exposición diaria y constante a este tipo de acoso psicológico y moral, termina logrando que el sujeto pierda su autoestima, que crea que no tiene ningún valor, que no se sienta capaz de realizar su trabajo debido a la falta de confianza en sí mismo. La persona llega a creer lo que le dicen incesantemente y acaba frustrándose y sintiéndose un fracasado.
Esto comienza a afectarlo en su salud física y mental. Empieza a enfermarse, ya que somatiza todo el estrés al que se ve sometido mientras realiza sus labores. El empleado comienza a padecer de insomnio, lo que le genera cansancio y baja en su rendimiento en el trabajo. Esto a su vez genera irritabilidad. Y de no lograr encontrar ayuda, existen casos en los que la persona entra en depresión y puede llegar a intentar suicidarse por la desesperación.
Si tú estás siendo víctima de mobbing, es importante que tomes acciones para detenerlo. El primer paso ya lo estás dando al informarte de qué se trata el problema. Es fundamental denunciar las agresiones que se reciben. Puedes empezar con el departamento de recursos humanos o con tu jefe. De no tener respuesta, habla con un abogado que se especialice en derecho laboral para tener asesoramiento o ve al ministerio de trabajo y reporta lo que está sucediéndote. Si otros empleados también están sufriendo este acoso, únanse para tener más evidencias.
Tú debes saber el valor que tienes y no permitir que nadie te humille. Aquí también es esencial saber ser asertivo. Tú puedes responderle a tu agresor de manera adecuada para que vea que no te vas a dejar pisotear y que no le tienes miedo. Recuerda que la asertividad implica que no vas a actuar de forma agresiva ni pasiva. Sencillamente vas a defender tus derechos.
Lo principal es que no te creas nada de lo que te dice la persona que te está hostigando. Tú debes mantener tu autoestima alta y “blindarte” para que las humillaciones y agresiones te resbalen. Si tú permites que te afecte lo que hace el otro, él va a estar ganando. Lo que debes hacer es apoyarte con tus familiares y amigos, informarlos acerca del mobbing para que entiendan que no son exageraciones y te apoyen. No cometas el error de aislarte y desquitarte con las personas que realmente te quieren y se preocupan por ti.
Es necesario que las empresas se informen sobre este tema y que tengan manuales y procedimientos estandarizados de cómo actuar cuando se presente este tipo de problema. Es recomendable que tengan charlas con sus empleados para explicarles qué es el mobbing y cuáles son las acciones que se deben tomar si alguno de ellos es víctima de acoso laboral. Esto hará que los empleados se sientan seguros y respaldados por la empresa. Hay que proveer a los trabajadores de un ambiente seguro de trabajo.