En ocasiones resulta más fácil ver lo “malo” de las personas, sus defectos, errores y faltas, que lo “bueno” en ellas. Pienso que es más sencillo hacer lo primero, porque de una forma u otra nos afecta a nosotros. Si el individuo no hace nada, simplemente no nos damos cuenta. Así de selectivos somos con lo que queremos percibir. Sí, porque nosotros lo decidimos.
El problema de enfocarnos únicamente en lo negativo de los demás es que nuestros comentarios hacia ellos también son negativos, lo que provoca que las personas terminen sintiéndose frustradas y desmotivadas. Cuando esta conducta se vuelve repetitiva la gente se acaba cansando de nosotros y busca alejarse. A nadie le gusta que le estén achacando todo lo que hace todo el tiempo.
La buena noticia es que si nosotros decidimos ver lo malo de las personas, también podemos decidir cambiar este patrón y ver lo bueno de ellas, ¿cierto?
Desde que regresé de Alemania casi instantáneamente comencé a poner atención a mi hermana. Me di cuenta de que había algo en ella que me agradaba y quería pasar mucho más tiempo en su compañía. Hace unas semanas realicé qué era eso especial que percibía en ella: la forma positiva en la que ve la vida y a las personas.
En su trabajo ella resalta las diferentes cualidades de cada uno de los empleados con los que se relaciona. Si es inteligente, servicial, amable, dedicado, responsable, educado, proactivo, etc. En todos descubre su característica positiva y la refuerza, motivándolos a ser mejores personas. Al ver lo bueno en cada ser humano, ella es capaz de ser amable y simpática y de tratarlos con respeto.
Lo que más llamó mi atención de todo esto es que lo hace de forma natural. No se siente fingido o forzado. Ella se expresa así de cada persona sin que ésta esté presente. Ella cree genuinamente en el potencial de cada una de ellas, por lo que no hace falta que se los diga directamente para que lo perciban. Demás está decir que es muy querida en la oficina.
Tengo la fortuna de poder ver cómo ella aplica esa forma de actuar a todas las áreas de su vida. Desde que llega a un lugar, siempre se centra en hablar de cosas positivas, sonreír y disfrutar con quienes la rodean. Si no está de buen humor, encuentra las herramientas para cambiarlo y no dejar que el enojo le dure. Es un ser humano con el que da gusto estar y que al entrar a un lugar lo ilumina con su sonrisa y energía positiva.
Pamela se ha convertido en una auténtica maestra de vida para mí, sobre todo en estos días en que he sentido que el universo conspira contra mí. Ella me ha recordado que no puedo controlar las cosas que pasan a mi alrededor, pero sí la forma en la que reacciono ante ellas y las enfrento. Todos tenemos la capacidad de ver lo bueno de las personas y de la vida. Enfocarnos en lo positivo y resaltar las cualidades de quienes nos rodean va a dar como resultado que se sientan apreciados y nos aprecien a nosotros. ¡Recibimos lo que damos! Recuerden que la vida es como un espejo.
Pamela, gracias por ver lo bueno en mí, por motivarme a ser una mejor persona y por ser la mejor hermana. Es un privilegio para mí poder ser testigo de la maravillosa mujer en la que te has convertido. Love you!
