It's never too late to be what you might have been!
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Mi 2022


Mi 2022: Montaña Rusa

diciembre 31, 2022
Mi 2022

Si pudiera describir mi 2022 con tres palabras serían: TRAICIÓN, DOLOR, APRENDIZAJE.

Este año empezó fatal desde el día uno. COVID llegó a mi casa y el pánico que me provocó hizo que no lo supiera manejar y detonara relaciones dentro de mi familia. Y como unos dominós, algo tan insignificante (aunque en el momento no lo creía, porque pensaba que mis papás se podían morir si se infectaban), todas las demás piezas se empezaron a caer.

Traición, así fue como inició todo. Las tres personas en las que más confiaba, mi círculo de allegados es realmente mínimo y lo cuento con una mano, me apuñalaron por la espalda en mi punto más bajo. 

Una de ellas, a quién yo siempre apoyé y estuve ahí para ella, aprovechó lo quebrada que estaba mi relación más importante para echarle gasolina y que el fuego se expandiera aún más y todo explotara. Al mismo tiempo, otra de mis personas de confianza, a quien le contaba todo lo que me pasaba y sentía que era mi apoyo, resultó ser lo peor de lo peor. Conmigo hablaba mal de todo el mundo y que yo era una maravilla, pero me di cuenta de que con los demás hacía lo mismo. Doble cara.

Fue un golpe duro en ese momento. Me sentía herida, traicionada, engañada. No lograba comprender lo que estaba pasando realmente. ¿Cómo era posible que esas dos personas a quiénes yo consideraba mis mejores amigas, que les confiaba hasta lo más íntimo de mí, y a quiénes yo siempre intentaba apoyar y ayudar, me hicieran esto? Porque si bien es cierto que uno no debe hacer el bien esperando nada a cambio, por lo menos que no te hagan daño. Pero ellas hicieron justo eso, se aprovecharon de mis debilidades para usarlas en mi contra.

Lo importante de esa experiencia fue que alguien de quien yo estaba alejada, dio un paso al frente para apoyarme y estar a mi lado. Fue de la persona que menos lo esperaba de quien recibí ayuda y una vez que hablamos nos dimos cuenta de cómo la segunda persona hacía todo para ponerme a mí en contra de los demás y mantenerme aislada.

Recuperar mi relación más importante que estaba completamente destrozada fue difícil y tomó meses. Sin embargo, ese dicho de que no hay nada como tener un enemigo en común para unir a dos personas es completamente cierto. Esa tipa que hizo todo lo posible por destruir mi relación, terminó traicionándolo también a él. ¡Y eso nos unió! Nos dimos cuenta de la clase de arpía que era y que no podíamos dejar que su veneno nos alejara.

Luego vino la salida de toda mi familia de Valdés, la empresa familiar, donde mi Papá fue el corazón del negocio durante más de 40 años. Toda mi vida laboral había sido en esa empresa y estaba teniendo mi mejor momento profesional. Me sentía sumamente productiva, era la mejor vendedora, me encargaba de muchos procesos importantes… ¡amaba mi trabajo! Dejar ese trabajo que había sido “seguro” toda mi vida, fue difícil.

A los pocos meses me infecté de COVID, a lo que le había huido tanto, y nuevamente no lo manejé bien. Me sentía frustrada de que me había cuidado tanto y terminé infectándome en mi propia casa. A las pocas semanas, se infectaron mis papás (gracias a Dios no los contagié yo), y una semana después, se contagió mi abuelita, a quien yo había intentado mantener en una burbuja para que no se enfermara. El COVID la mató en dos días. Fue algo tan abrupto, tan inesperado, tan rápido.

Estaba yo sola encargada de todo, cuidando a mis papás, viendo los preparativos del funeral de mi abuelita, haciendo todo lo de la casa… que era una bendición no tener trabajo, porque igual no hubiera tenido tiempo para hacer todo.

En ese punto si ya era de decir: “Por favor, sáquenle la aguja al muñequito de vudú”. Sentía que todas las tragedias se estaban juntando y que no terminaba de salir de una, cuando ya estaba en medio de otra.

Después de eso, decidí probar tomar un trabajo en una compañía que no fuera familiar, pero me di cuenta de que no era lo mío. Yo ya había pasado por la etapa de ser empleada, ya había adquirido los conocimientos necesarios para poner mi propia empresa… ¡sólo necesitaba creer en mí! Aquí entraron dos amigos que me motivaron a hacerlo y me dieron todos los ánimos que me hacían falta. 

Una vez que tomé la decisión, entré en acción y puse “IT GO Store”. Haber dado ese pasó cambió mi 2022 totalmente. Fue un giro de 180 grados. Los últimos tres meses han estado llenos de mucho trabajo, pero han sido los meses más gratificantes de mi vida. No puedo explicarles la satisfacción que siento de ser mi propia jefe, de no tener que darle cuentas a nadie más que a mí, de poder tomar mis propias decisiones, de ver que las relaciones que desarrollé durante años con mis proveedores y mis clientes están dando frutos… de realizar que todo lo que estoy logrando es producto de mi esfuerzo y mi dedicación. ¡Construir algo propio es tan enriquecedor!

Pero este post no es sólo para contarles las tragedias que me sucedieron en 2022, sino para contarles cómo las superé y lo que aprendí.

La traición obviamente genera dolor, porque no somos de palo, somos seres humanos y sentimos. Las personas que estaban cerca me decían que no sufriera por gente que no valía la pena. Sí, en ese momento ya era claro que no valían la pena, pero hasta hacía un segundo, las quería muchísimo y confiaba en ellas. Sentí mi dolor, pero luego de haber procesado la situación, aprendí que no debo entregarle mi confianza a cualquiera. Me di cuenta de que hay personas que están ahí sólo para ver qué sacan de nosotros, pero que alguien que ha sido envidiosa toda su vida, lo va a ser con uno también. Que alguien que habla mal de todo el mundo conmigo y me vive adulando, no es sincera y es obvio que hace lo mismo con los demás.

Tal vez una de las cosas más importantes es esa y es algo que siempre me ha dicho mi Papi, que hay que desconfiar de las personas que nos adulan, porque eso no es sincero. ¡Lo he comprobado!

Una de las lecciones más grandes con todo eso es que las únicas personas incondicionales son los papás. Ellos son los únicos en los que se puede confiar y que no van a hacer nada con el objetivo de hacernos daño. Tampoco son perfectos, se equivocan y nos lastiman, pero no lo hacen a propósito y siempre van a estar ahí para apoyarnos y ayudarnos a levantarnos cuando sintamos que ya no tenemos fuerzas. Al resto de las personas hay que tenerlas a cierta distancia y mientras no den muestras de ser confiables, mejor ser precavidos.

La muerte de mi Abuelita también me causó mucho dolor e impotencia, porque todo fue tan inesperado y tan rápido. Pero poco a poco tuve que entender que sí hice lo mejor que pude para protegerla, que tal vez no de la forma en la que el resto hubiera querido, pero sí con mis herramientas. Y lo más importante es saber que hoy ella ya no está sufriendo.

Aprendizaje…quisiera que, en medio de todo, esta sea la palabra que mejor describa mi año. Es sólo a través de las pruebas que nos fortalecemos y nos damos cuenta de lo que somos capaces. Hubo momentos en los que ya no tenía ganas de nada, que sentía que no valía la pena esforzarse, que dejé de creer en la raza humana, jajaja. Honestly! Pero eso de que hay que darle tiempo al tiempo también es verdad. Una vez que pasaron los días, que todo se fue calmando y que pude tener la paz necesaria para aceptar todo lo que había pasado y entender que no era algo malo, sino que era una oportunidad, mi actitud cambió.

Hoy termino el año con una nueva empresa, feliz de afrontar los obstáculos que vengan, porque sé que no va a ser fácil; con los conocimientos y energía para trabajar duro por mi sueño; y sabiendo que tengo el apoyo de mis papás en esta aventura que recién comienza.

Todo lo que pasé este 2022 me ayudó a crecer personal y profesionalmente, me ayudó a valorar a las personas que realmente me quieren y son incondicionales. Y gracias a Dios todas esas personas que me robaban la paz y me absorbían la energía, salieron de mi vida más temprano que tarde.

“Esto también pasará”. Recuerden eso siempre. Nada es estático en la vida. Por eso sí creo que describirla como una montaña rusa es acertado. Un día estamos arriba, otro día estamos abajo, pero luego vamos a volver a subir. Y al final de cuentas, son todas las emociones que vivimos, buenas y malas, las que hacen que valga la pena vivir.

Si tuvieron un año difícil, no se desanimen, porque cuando menos sientan, todo va a cambiar y van a volver a estar bien y a sonreír. Aférrense a las personas que más los aman y que son quiénes los van a levantar cuando hayan perdido las fuerzas.

TRAICIÓN, DOLOR Y APRENDIZAJE

¡Gracias por todas tus lecciones 2022! Me hiciste una mujer más fuerte y gracias a eso ahora soy lo que soy.

Les deseo un 2023 lleno de muchas bendiciones y mucho aprendizaje.

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