It's never too late to be what you might have been!
It's never too late to be what you might have been
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Hace 2 semanas que regresé de mis vacaciones en Playa del Carmen y les debía este post que me pidieron muchas de ustedes.

Empecemos por el principio. ¿Por qué viajo sola? Porque me gusta y sobre todo en esta vacación, que era la primera desde antes de la pandemia, quería descansar de todo y de todos. Va a sonar egoísta, pero cuando viajas con alguien, debe haber compromisos sobre lo que quiere hacer uno y lo que quiere hacer el otro. Estos 10 días yo quería hacer lo que quisiera cuando quisiera y así fue. ¡No saben lo rico que es tener esa libertad! Levantarme a la hora que quisiera; si quería bajar a desayunar al restaurante, bajaba; si quería room service, lo pedía; si quería ir a la playa, iba; si quería quedarme en la piscina, me quedaba; si quería comer pasta, iba al restaurante italiano; si quería ir a caminar, lo hacía; si quería ir de compras, iba (y sin nadie que me estuviera apurando). La lista es enorme, pero creo que me captaron la idea.

Por otro lado, un punto súper importante de viajar sola es que yo elijo el destino, el hotel, el transporte y las fechas. No tengo que estar cuadrando con nadie. Esta parte me parece que es primordial, especialmente por el presupuesto que maneja cada persona. Lo que para alguien es un hotel de gama alta para otro puede ser gama baja y viceversa (independientemente de las estrellas que tenga).

Ahora les enumero los tips para viajar sola desde mi punto de vista. Cada quién es libre de tomar lo que le parece y desechar lo que no. En mi caso la seguridad es indispensable.

1. Elegir un destino que sea seguro. 

Los que me siguen desde hace tiempo saben que mis viajes son a Europa, nunca a Latinoamérica. De hecho, esta fue la primera vez en mi vida que viajé a un país de tercer mundo (no se enojen, es la realidad) SOLA. 

¿Por qué elijo Europa? Porque cuando salgo de viaje quiero poder caminar tranquilamente, sabiendo que no me va a pasar nada malo (asaltos, secuestros, asesinatos, etc.). Y Europa ha probado darme eso, aunque tampoco es infalible. En España me robaron una vez la billetera. Ni cuenta me di cuando la sacaron de mi cartera. No fue una experiencia agradable, pero al menos no hubo violencia. Hace unos años quería ir a Estambul y mis papás no me dejaron ir sola, porque ya se imaginaban que era la protagonista de la siguiente película de Taken, jajaja. Fui con un amigo y todo estuvo súper bien. Se sentía un ambiente seguro, aunque creo que sola no me hubiera sentido igual.

¿Por qué elegí Playa del Carmen? Porque ya había estado ahí. La última vez fue por trabajo y realmente no pude disfrutar de todo lo que ofrece el lugar, porque pasé en capacitaciones. Sabía que, por ser un lugar sumamente turístico, iba a estar bien. Además, mi plan era descansar y quedarme disfrutando del hotel y todo lo que ofrecía la mayor parte del tiempo. ¿Qué podía pasarme?

2. Reservar un transporte confiable que las esté esperando a su llegada para llevarlas del aeropuerto al hotel y del hotel al aeropuerto.

En el caso de Europa no aplica esto, porque la gente se mueve en metro, tren y bus y no pasa nada. Sales del aeropuerto y ves a todo el mundo tomando transporte público. ¿Por qué? Porque es seguro. Sin embargo, si llegan de noche, van cansadas y no conocen la ciudad, lo mejor es tomar taxi o tener ya la reserva de transporte. Cuando hice el tour del Reino Unido, el paquete ya incluía los traslados y fue súper práctico.

Esta vez que iba a Playa del Carmen, pensaba usar Uber, pero mis papás me dijeron que muy peligroso (un poco como aquí en El Salvador) y que tomara un taxi de los que están en el aeropuerto, que son de una empresa. Menos mal que me dijeron eso, porque resulta que Uber ni siquiera opera en México. Hay que informarse de todas esas cosas y no asumir que lo mismo que hay en un país, lo vamos a encontrar en otro. Yo lo consulté con la persona que me estaba cotizando los tours y así me enteré. 

A raíz de eso, decidí mejor buscar una empresa de transporte y tener eso reservado y pagado antes de salir. Revisé varias opciones y tomé la más económica. Pero primero verifiqué las reseñas que tenía en internet y me aseguré de que fuera confiable. ¿Adivinen? Si hubiera tomado un taxi en el aeropuerto, me hubiera costado más del doble de lo que me costó haber reservado con anticipación. Lo que me lleva al siguiente punto.

3. Reservar con anticipación.

Si ustedes hacen todas sus reservaciones con antelación, van a poder tener acceso a mejores tarifas tanto en avión como en hotel. Además, eso les va a dar tiempo de monitorear si hay promociones y las fluctuaciones de precio. En mi caso, había unos días de la semana en que era más barato el hotel y luego subían. Y a medida que se acercaba la fecha del viaje, era más caro.

4. Elegir el vuelo que llegue más rápido.

Cuando son viajes lejos, se deben tomar 2 o más aviones. Eso es bastante cansado. Entonces lo ideal es buscar el trayecto más corto, es decir, con el menor tiempo de espera en los aeropuertos de conexiones, pero siempre tomando en cuenta que tengan el tiempo suficiente para hacer dichas conexiones.

Como les he recalcado, este viaje era diferente y era para descansar, así que el destino también debía ser cerca para que el vuelo fuera corto. Volaris hacía vuelos directos entre San Salvador y Cancún los jueves y domingos con tiempos de 1 hora 45 minutos aproximadamente. ¡Era perfecto! Así que acoplé las fechas de mis vacaciones para que tanto la ida como el regreso fueran en esos días. Nuevamente: ventajas de viajar sola.

5. Elegir un buen hotel.

Esto lo aprendí de mi Papi, porque en eso no me deja ser tacaña, jajaja. Recuerdo cuando iba a Colonia, Alemania y no quería gastar tanto en el hotel por 2 noches. Cuando le enseñé a mi Papi los que había elegido, inmediatamente los descartó. ¡Y eso que era Alemania! Terminé escogiendo un muy buen hotel, ubicado en una excelente zona. Desde entonces, busco hospedarme en lugares de ese tipo.

En esta ocasión, me equivoqué de hotel, porque me dejé ir por las estrellas que le da Expedia, que no son las que tiene el hotel, sino las que le dan las personas que dejan sus reseñas. Para colmo de males, el que yo quería estaba justo enfrente, pero cambió de nombre y por eso no lo encontraba. Cuando le enseñé las fotos de donde me había quedado la última vez a la señora de los tours, me dijo: “Sonia, es el que está ahí enfrente”. No me lo podía creer, jajaja.

Pero, pero, pero… aunque no era el hotel que quería y era de gama más baja, me consintieron como nunca y el personal me dio el trato VIP. Un hotel “pequeño” también tiene sus ventajas. Me podía los nombres de casi todo el staff y ellos también el mío. Yo tengo mi filosofía de que, si quiero que me hagan sentir especial, yo también debo hacer sentir especial a los demás, y para mí parte fundamental de eso es llamar a las personas por su nombre. Eso lleva implícito que te interesa y que no los ves como uno más. Hasta Miguel, el manager del hotel, estaba asombrado de que me podía los nombres de casi todos (y eso que tengo mala memoria). Gracias a eso, cuando salía de excursión, todos estaban pendientes de a qué hora regresaba. Y una vez que no avisé y regresé súper noche, casi les da algo. Llamé para avisarle al chef Tapia que ya estaba de vuelta, porque me había hecho otra cena especial, y Miguel me tomó la llamada y me dijo que estaban preocupados de que no me encontraban por ningún lado. Eso es bueno, porque si pasa algo, hay personas pendientes de que existo y muy probablemente me van a buscar.

Los demás huéspedes se daban cuenta de ese trato preferencial que recibía, al punto de que uno me llegó a preguntar si era influencer. Pero la verdad es que yo era una huésped más, con la diferencia de que desde que entraba al hotel saludaba a Juancito, el bell boy, y así a cada persona que me encontraba. Recibimos lo que damos, así de simple y así de difícil.

Otro punto a favor del hotel es que estaba en una de las mejores zonas, a una cuadra de la 5A Avenida, que es una calle peatonal con un montón de tiendas y llena de turistas. Ahí fui de compras y a jugar con el tigre.

6. Reservar las excursiones.

Solamente una vez he hecho un tour sola por Europa y fue con una agencia. Ya todo estaba reservado y ellos se encargaban de llevarme de ciudad en ciudad. Cuando he ido con familia o amigos, sí vamos a la buena de Dios.

En Playa del Carmen el hotel tiene una agencia de tours y desde antes de irme me contactaron con Gloria y ella se encargó de asesorarme para las actividades que iba a hacer fuera del hotel. En el caso de Isla Mujeres, hasta me llamó para ver si mejor lo movíamos, porque ese día estaba lloviendo y verificaba incluso cómo estaba el viento por el tema del catamarán. ¡Excelente servicio! Además, de esa forma, ya tenía el traslado ida y vuelta al hotel. En el caso de Xcaret, me decían que para qué tomaba tour, si quedaba cerca y podía irme en taxi. Pero realmente es más seguro ya tener un transporte de confianza.

7. Preparar la maleta.

Otra cosa que me preguntaron es cómo hago para que no se me olvide empacar nada. Bueno, como pudieron ver en mi post anterior, el TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) es excelente para eso. Desde hace casi 10 años tengo una lista en Excel con todos los ítems que necesito para viajar, desde ropa interior hasta lima para las uñas, y columnas para poner las cantidades que van en cada maleta. Lo único que hago es ajustarla de acuerdo al destino. Si voy al frío, quito los trajes de baño y pongo suéteres, y viceversa. Todo se totaliza en otra columna y a la hora del regreso sólo cuento que las cantidades cuadren con ese total. Ahí ya no importa en qué maleta va, porque al llegar a mi casa, vuelvo a contar para asegurarme de que todo viene como debe ser.

¡Espero les sirva! Gracias por sus comentarios. 

PS: Les dejo unas cuántas fotos.

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